Múltiples focos y vientos de hasta 80 km/h dificultaron de noche los trabajos
Treinta familias evacuadas de Aldea de Arriba y O Vento y una chatarrería arrasada
Son las once de la mañana y Manuel Cespón sigue acarreando cubos de agua desde el tramo final de la manguera hasta los rescoldos de los que todavía salen llamas y amenazan su vivienda. Vive en el número 56 de Aldea de Arriba, en Castroagudín (Vilagarcía), uno de los lugares que el voraz incendio declarado en el monte Xiabre puso en jaque la madrugada de ayer.
Los otros puntos conflictivos fueron la Aldea de Arriba de Cea y O Vento, donde se vivieron momentos de gran tensión. En total, una treintena de familias tuvieron que abandonar sus casas ante el peligro que entrañaba la proximidad del fuego, que rodeaba las viviendas.
Actualmente, el incendio, aunque activo, evoluciona favorablemente tras desactivarse la situación 2 por la proximidad de las llamas a la población. Por el momento, ha arrasado 450 hectáreas y se trata del más voraz de la provincia de Pontevedra junto con el originado en la parroquia de Mourentán, en Arbo, que se encuentra controlado desde las 23.00 horas de la pasada noche y que ha calcinado 400 hectáreas. Además de este, también en Arbo permanece controlado el surgido en la parroquia de Barcela, el cual entró desde Portugal dejando, por ahora, una factura de 82 hectáreas.
Otro de los focos que preocupan es el de la parroquia de Xustáns, en Ponte Caldelas -originado sobre las 19.35 horas de este viernes-, que va ya por las 150 ha quemadas y que ha obligado a activar la situación 2 por la cercanía de las llamas al núcleo de Canicouva. Es tal su alcance que se atisba desde varios puntos de la ría de Vigo tras amenazar ya suelo de Arcade, Soutomaior y Ponte Sampaio.
A nivel Galicia, los ojos están puestos en el incendio de Boiro, que avanza ya con 1.000 hectáreas arrasadas e, igualmente, con la situación dos activada como medida preventiva por el peligro que suponen las llamas para el entorno de Piñeiro. Los otros dos incendios presentes en la comunidad se localizan en Ourense, uno en Verín, todavía activo tras iniciarse en más de una decena de focos diferentes, con 600 ha quemadas, aunque evoluciona de forma favorable hacia su estabilización y sin riesgo para ningún habitante, según ha informado la Consellería do Medio Rural.
Incendio en el monte Xiabre: “Aquí estaba toda la aldea fuera de sus casas"
“Aquí estaba toda la aldea fuera de sus casas. Fue igual que en 2016. El fuego comenzó en Saiar y fue bajando hacia Castroagudín, también hacía mucho viento”, recuerda Manuel.
Su vecino Jose Abalo también tuvo que salir a medianoche de su casa: “Fue igual que en 2016, empezó en el mismo sitio y también hacía este aire”, coincide.
“Aquí estuvieron dos camiones echando agua a mis ventanas y a toda la casa porque el fuego estaba al lado”, relata mientras se sube en la moto. “Te está ardiendo allí, Jose”, le avisa otro vecino.
Y es que el viento sigue soplando con fuerza y las temperaturas suben a medida que va avanzando el día, el cóctel perfecto para que las llamas rebroten en un monte completamente calcinado. “Voy para allí que tengo una lona con cosas y tengo miedo a que prenda”, se disculpa.
450 hectáreas, 150 más que en 2016
En menos de 24 horas el incendio de Xiabre arrasó 450 hectáreas en los municipios de Vilagarcía y Caldas (en 2016 fueron 300). La mayoría era superficie arbolada, aunque las llamas también devoraron por completo una chatarrería en la carretera de acceso a O Pousadoiro (PO-305), la cual tuvo que cortarse ya desde la rotonda de Larsa, al igual que la Circunvalación Norte. Y es que “la situación era dantesca, el fuego cruzó la carretera de un lado a otro”, advierte el alcalde vilagarciano, Alberto Varela, que estuvo con los vecinos en esa complicadísima noche.
Las explosiones que se escucharon de madrugada procedían de la chatarrería, cuyas pérdidas valora su propietario en unos 10.000 euros. La metalurgia Cuevas, milagrosamente, continúa en pie.
En lo que respecta al polígono industrial, los efectivos evacuaron a los trabajadores del turno de noche de la fábrica de DS Smith (antigua Lantero), si bien finalmente el fuego no llegó a alcanzar ninguna nave.
Fue en el propio parque empresarial donde se instaló el Puesto de Mando Avanzado desde el que se dirigió todo el operativo.
El director de la extinción, José Antonio Gaiteiro, apuntaba ayer a mediodía que aunque el viento había amainado y dado una pequeña tregua, las previsiones para la tarde apuntaban a un incremento del mismo, por lo que o porque el perímetro es muy grande”.
“Hicimos un recorrido con palas y pistas y donde no fue posible estamos actuando con riego con motobombas”, informaba el técnico.
Activo y en nivel de alerta 2
De hecho por la tarde tanto los medios aéreos como los terrestres permanecieron en el monte luchando contra los rebrotes. La Consellería de Medio Rural informaba que el incendio “evoluciona favorablemente y no hay peligro para núcleos de población”, si bien al cierre de esta edición continuaba activo y con el nivel de alerta 2 como medida preventiva.
En el dispositivo participaron medios de extinción de distintos concellos, así como la Unidad Militar de Emergencias (UME) y efectivos de la BRIF (Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales) de Tabuyo, (León).
El alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, ensalzó la “profesionalidad de todos los medios”, como Emerxencias, Bomberos, brigadas de la Xunta, de otros ayuntamientos, ... “Se veían camiones con el nombre de Cuntis, Sanxenxo... Allí estuvieron ayudando, como Emerxencias Vilagarcía, porque el incendio comenzó en Saiar, en la parte de Caldas”.
El primer edil quiso poner en valor “la solidaridad que han vuelto a mostrar los vecinos de Vilagarcía, que auxiliaron a sus compañeros y amigos. Hubo mucha tensión y nervios pero también mucha solidaridad”, recalcó.
Además de los medios municipales, también se ofrecieron empresas de Vilagarcía y de otros ayuntamientos para almacenar agua en sus cisternas en el caso de que fuese necesario.
Agenda suspendida
Para poder realizar un seguimiento exhaustivo del incendio, Varela suspendió ayer toda su agenda del día. Así, ni asistió a la apertura de la feria Expoferta ni se inauguró la exposición “Aquí non chega!” de la Festa da Auga. La muestra se abrirá la próxima semana en un día todavía por determinar.
Acción humana detrás del fuego
En relación al origen del fuego, el alcalde quiso ser “extremadamente prudente”. No obstante, apuntó que el hecho de que “sea siempre en la misma zona y con distintos focos a lo largo de la noche lleva a pensar que la mano del hombre pudiera tener que ver, fuese intencionado o no. Pero esto es una opinión y hay que investigar cuál es el origen de los focos. Ahora todos los esfuerzos están centrados en eso”.
La de ayer fue una complicada madrugada con toda Vilagarcía en alerta por un fuego que se inició a las siete y media de la tarde del jueves en la falda sur del monte Xiabre y que se propagó con enorme velocidad desde Caldas debido al viento, pues llegaron a soplar rachas de hasta 80 kilómetros por hora. Al caer la noche los medios aéreos no pueden trabajar, lo que supone una dificultad añadida.
Una vez amaneció el día se incorporaron al operativo, aunque el
fuego no llegó a estar controlado en ningún momento porque el viento
persistió, con mayor o menor intensidad, durante toda la jornada.
Trasladan a una mujer de 92 años encamada a un hotel
Bajando desde O Pousadoiro por la PO-305 en dirección a Vilagarcía se encuentran los núcleos poblacionales de O Vento y de Aldea de Arriba (parroquia de Cea), este ya más alejado de la carretera principal. Por la noche las llamas rodearon ambos lugares, por lo que la Policía procedió a su evacuación. Algunas personas fueron reacias a abandonar sus hogares por miedo a perderlos, por lo que se registró lo que el alcalde Varela definió en su comparecencia en Ravella como “tensiones lógicas del momento, de gente que no se quería ir de las viviendas porque es humano”.
Una de esas familias fue la de José Alberto Candal. “El fuego empezó en O Pazo, en Saiar, siempre es en el mismo sitio, y con la fuerza del viento atravesó carreteras y prendía todo. A las dos de la mañana nos llamó la Policía a todos los vecinos de la aldea [Aldea de Arriba] informándonos que teníamos que evacuar. Yo quise sacar el tractor pero la Policía me dijo que abandonara todo si no me iban a multar, que me iba a salir más caro la multa que el tractor”.
Cerca de Aldea de Arriba se encuentra la chatarrería que quedó calcinada por las llamas. “Sentíamos explosiones, no sé si tendrían allí bombonas”, comenta el vecino.
Recuerda que finalmente decidieron desalojar la vivienda porque “cada vez el humo era más tóxico” y costaba respirar en función de cómo diera el viento. “Allí desmontan neveras y congeladores y todo lo que traen por dentro, y eso genera mucho humo negro.”, advierte Alberto Candal.
Una de las personas a las que fue necesario buscarle un recurso habitacional fue a su madre, que tiene más de noventa años y está encamada. “Los de la Xunta llamaron a una ambulancia y se llevaron a mi madre a un hotel”, comenta el vecino.
En este sentido, el alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, asegura que los Servicios Sociales del Concello “echaron una mano a aquellas personas que tuvieron que abandonar sus viviendas con las tensiones del momento, sobre todo a las de mayor edad”. No obstante el regidor reconoció que no fue necesario realojar a nadie porque los afectados prefieren irse a casas de familiares en estos complicados momentos.
Por la mañana todos los vecinos desalojados pudieron regresar a sus casas y lo hicieron de forma escalonada. Los últimos fueron los de Aldea de Arriba.
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