Los alrededor de 1.500 vecinos de los ocho municipios desalojados por el incendio del Moncayo tendrán que esperar para volver a sus casas, ya que, tras arrasar alrededor de 8.000 hectáreas de monte y cultivos en un perímetro de 50 kilómetros, las llamas seguían anoche activas en tres frentes: Ambel, la muela de Borja y las proximidades del Parque Natural. De hecho, era este último avance del fuego el que más preocupaba a los responsables del operativo de extinción. Sobre todo, porque las previsiones meteorológicas hablaban de un posible cambio brusco de la dirección del viento que podía complicar los trabajos de las cuadrillas durante la madrugada.
Para evitar lo que sería una auténtica catástrofe medioambiental, a lo largo de la tarde-noche de este domingo los militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y algunos agricultores estuvieron abriendo cortafuegos con excavadoras y tractores en los límites del Parque Natural del Moncayo. Los medios aéreos, un total de diez, con refuerzos enviados desde otras Comunidades, apuraron también hasta que se puso el sol para evitar el avance de las llamas en esta zona. Y de los 250 efectivos que iban a seguir trabajando durante la noche para tratar de controlar el incendio, la mayoría lo iban a hacer también en este punto.
Como recordaba este domingo la directora de Protección Civil e Interior del Gobierno aragonés, Carmen Sánchez, tras la última reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi), el primer objetivo se ha cumplido. "Aunque ha podido quemarse alguna nave o construcción, se ha conseguido poner a salvo los cascos urbanos de los ocho pueblos evacuados". Se trata de las localidades de Añón de Moncayo, Alcalá, Vera, El Buste, Bulbuente, Ambel, Trasmoz y Talamantes, cuyos vecinos tuvieron que abandonar apresuradamente sus casas el sábado ante el vertiginoso avance del incendio.
"No sabemos todavía cuándo podrán volver a sus hogares, porque habrá que ver cómo evolucionan las condiciones meteorológicas de cara a la estabilización del incendio", explicaba Sánchez. En cualquier caso y con todas las precauciones, esta se mostraba algo más optimista, ya que el viento no había sido tan fuerte este domingo y había permitido combatir mejor los frentes e impedir que el perímetro del incendio se ampliara.
Según informaban este domingo fuentes de Endesa, anoche seguían sin luz alrededor de 1.300 clientes de las localidades de Añón, Vera, Alcalá, Trasmoz, El Buste, Trasobares y el Santuario de la Misericordia (Borja). En cualquier caso, los técnicos continuaban trabajando a destajo para poder restablecer las líneas lo antes posible.
La directora general de Protección Civil hacía también este domingo un llamamiento especial a los vecinos desalojados para evitar que se produzcan situaciones de peligro. "Sabemos que tienen muchas ganas de volver a sus pueblos para ver cómo están sus viviendas. Pero aunque vean el terreno negro y sin llamas, no deben fiarse, porque el viento es muy cambiante y podrían reavivarse en cualquier momento", decía, rogando paciencia a los afectados.
Un vecino herido
Pese a la virulencia de las llamas y la complejidad de las labores de extinción del incendio del Moncayo, afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales, ni entre la población ni tampoco entre las cientos de personas que combaten el fuego. "Únicamente ha sido necesario efectuar un traslado, ya que un vecino que colaboraba con los bomberos ha sufrido una caída y presentaba algún traumatismo", precisaba Carmen Sánchez.
La solidaridad entre pueblos
Ágreda (Soria) se ha ofrecido para acoger a afectados por el incendio del Moncayo. La localidad soriana podría alojar hasta 400 personas en las infraestructuras municipales ofrecidas.
Por su parte, Borja es una de las localidades que ya están acogiendo a vecinos que fueron evacuados de sus casas tras declararse este sábado el incendio en el término municipal de Añón. Más de 200 voluntarios de esta localidad zaragozana hacen turnos para atender a los 75 evacuados por el fuego de Añón.
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