Además de las evacuaciones de Alhama, Bubierca, Moros , Villalengua y Castejón de las Armas, otros tres pueblos de la zona se encuentran en alerta
La línea AVE, que discurre por las inmediaciones, se mantiene en activo, pero con retrasos de media hora en algunos de los trenes
Los efectos del incendio que afecta a la comarca zaragozana de Calatayud se agravan: a las 22.00 horas de ayer martes se ordenó la evacuación de Alhama de Aragón, de mil habitantes, y de Bubierca, de 63 empadronados, y poco después se decidió desalojar Castejón de las Armas, de 90 vecinos. Gran parte de ellos fueron trasladados al recinto ferial de Calatayud, donde se ha habilitado un albergue de emergencia. Con esas tres localidades ya son cinco los municipios evacuados, con casi 2.000 personas afectadas. Las otras dos localidades desalojadas son Moros y Villalengua.
Además, el violento avance del fuego y el espeso humo han obligado a cortar por completo la autovía A-2, Madrid-Zaragoza, a la altura de Alhama de Aragón y Ateca. No hay paso alternativo, porque el peligro se extiende también a la antigua N-II, que igualmente ha sido cortada. Además, permanece suspendido el tráfico por la línea férrea convencional Madrid-Zaragoza-Barcelona a su paso por esta misma zona, si bien la línea AVE, que discurre por las inmediaciones, se mantiene en activo, pero con retrasos de media hora en algunos de los trenes que circulan por estas vías. El fuego se ve desde la misma vía férrea de alta velocidad.
Fuentes de la Guardia Civil de Tráfico han informado que los vehículos se fueron reteniendo en áreas de servicio situadas en ambos sentidos de la A-2, vía esencial en el corredor que conecta por carretera la capital de España con Barcelona.
Alhama de Aragón es un destacado enclave turístico, conocido por su histórico termalismo. A quienes habitan la localidad se les suman los turistas alojados en sus dos balnearios en activo.
Con la evacuación de Alhama de Aragón, Bubierca y Castejón de las Armas son cinco los municipios desalojados por este gran incendio forestal. Previamente fueron evacuados los vecinos de Moros y Villalengua, de unos 400 y 300 habitantes, respectivamente. Además, permanecen en alerta otras tres localidades: Ateca, Cervera de la Cañada y Villarroya de la Sierra.
Esperando el regreso a las casas
Tras horas de lucha agónica contra el fuego, los bomberos lograron la pasada noche que las llamas no alcanzaran ningún casco urbano. La situación más crítica se vio en el municipio de Moros. Allí han llegado a arder algunas pequeñas construcciones situadas en el perímetro de la localidad, pero sin mayores consecuencias.
Este miércoles, al amanecer, la situación parecía haber mejorado en otros puntos como los alrededores de Alhama de Aragón, y en Villalengua las llamas no suponen una amenaza directa al casco urbano.
A partir de la 9 de la mañana se reúne el equipo de coordinación de emergencias y los vecinos de varios de los pueblos afectados están a la espera de conocer si se les permite regresar a sus domicilios, al menos a aquellos que han quedado menos expuestos a las llamas. La atención se centra ahora en la evolución del viento y en la posibilidad de intensificar las tareas de extinción por medios aéreos, mientras las temperaturas han dado un leve respiro al reducirse ligeramente.
Se vivieron horas de desesperación
Los equipos de emergencia están desbordados. El peligroso avance del fuego hacia la A-2, Alhama de Aragón y Bubierca se produjo la pasada noche, mientras bomberos y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) luchaban agónicamente contra el fuego junto a las calles de Moros, cuyo término municipal ha quedado totalmente calcinado.
Este grave incendio se declaró en la tarde del lunes en el término municipal de Ateca, cercana a Calatayud, en la provincia de Zaragoza. Desde entonces se ha extendido sin control. Las llamas habían arrasado ya 5.600 hectáreas a las 20.00 horas del martes, según fuentes oficiales. Afecta a zonas de pinar, carrasca, monte bajo y campos.
Al caer la tarde del martes, antes de que se tuviera que cortar la A-2 y ordenar los desalojos de Alhama de Aragón y de Bubierca, los responsables del dispositivo de extinción y de Protección Civil no podían ocultar la inquietud por un fuego que también había obligado a cortar la carretera que conecta Cervera con Villalengua.
Los momentos de mayor desesperación se vivieron en la localidad de Moros, un municipio pintoresco por las casas que cuelgan en vertical desde el cerro en el que se enrisca su histórico casco urbano. La incertidumbre era total al caer la tarde del martes por un incendio que sigue devorando terreno en esta zona de la comarca de Calatayud.
Los servicios de extinción han justificado el desbocado avance del fuego por las condiciones del terreno, que dificultaban el acceso de los bomberos para cortar la expansión de las llamas, y por el viento que sopló durante horas. El martes a mediodía, fuentes oficiales hablaban de unas 1.000 hectáreas arrasadas y apenas ocho horas después elevaban la cifra a 5.600 hectáreas, tras un vuelo de reconocimiento que permitió avistar la dimensión real del desastre.
Las llamas que azotan este rincón de la provincia de Zaragoza, de valor paisajístico y medioambiental, han convertido la zona en una enorme chimenea que ha extendido una gran nube de humo que ha llegado a cubrir la ciudad de Calatayud, por el oeste, y que por el este se ha adentrado en tierras de Soria y Guadalajara, provincias ambas con las que limita esta comarca zaragozana. Desde la línea del AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona, la nube de humo ha podido verse desde los trenes a su paso por los alrededores de Sigüenza (Guadalajara) y Medinaceli (Soria).
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