Cantabria es la última que ha decidido convertir en obligatorio llevar esta protección independientemente de que se pueda respetar la distancia de seguridad
Los Gobiernos de Cantabria, Murcia, Aragón, La Rioja, Navarra y Asturias aprobarán el uso obligatorio de las mascarillas incluso en situaciones en las que se pueda mantener la distancia social, una medida ya puesta en marcha en Cataluña, Baleares y Extremadura, y también anunciada en Andalucía.
El Gobierno del cántabro Miguel Ángel Revilla es el último que ha decidido imponer la obligatoriedad de la protección. Así lo han confirmado a Europa Press fuentes de la Consejería de Sanidad de esta comunidad autónoma, que han explicado que la orden que regulará el uso obligatorio de la mascarilla en Cantabria no necesita pasar por el Consejo de Gobierno. El Ejecutivo cántabro está “ultimando” la orden, que se publicará de forma “inminente”.
El Gobierno de Murcia ha anunciado que la medida se aprobará este lunes en un Consejo de Gobierno extraordinario. En principio entraría en vigor este mismo lunes y solo excluiría playas, piscinas y práctica deportiva, informa Virginia Vadillo. Mientras que el Ejecutivo aragonés, navarro y asturiano han comunicado que concretarán los detalles de la decisión la próxima semana, el de La Rioja ya ha adelantado que será obligatorio llevar la mascarilla tanto en la vía pública como en espacios al aire libre o cerrados de uso público, o en los medios de transporte públicos o privados, con las siguientes excepciones: no será obligatorio cuando las personas que concurran en un espacio o medio de transporte sean convivientes en un mismo domicilio; cuando se realice actividad deportiva y se pueda garantizar la distancia interpersonal; en el momento del baño; cuando se estén consumiendo alimentos o bebidas; o cuando su uso resulte incompatible con la actividad que se esté realizando.
En España, el decreto de la nueva normalidad del Gobierno especifica que la mascarilla es obligatoria para los mayores de seis años en el transporte público y en lugares públicos donde no se pueda garantizar la distancia de 1,5 metros. Sin embargo,el miedo de los rebrotes ha hecho que sean ya 10 las autonomías que han decidido ir más lejos. La primera fue Cataluña, que el mércoles pasadop convirtó en obligatorio el uso de esta protección en espacios públicos, independientemente de que se pueda o no respetar la distancia de seguridad.
“La norma general es que todo el mundo salga de casa con la mascarilla, se vaya a la playa o trabajar”, dijo entonces la consejera de Salud, Alba Vergés. Para los que incumplan la medida, el Govern prevé multas de 100 euros.
Apenas 24 horas después, Baleares se sumó a la obligatoriedad, establecimiento como excepciones las playas, las piscinas, cuando se consuman alimentos y bebidas, haciendo deporte y mientras se tocan instrumentos de viento. La siguiente comunidad fue Extremadura
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