domingo, 1 de noviembre de 2015

LA LLUVIA EMPAPA MEDIA ISLA DE GRAN CANARIA

Los 90 litros en el norte de Gran Canaria hacen correr barrancos y obligan a cerrar las carreteras de La Aldea, Moya y Cenobio de Valerón - Las escorrentías vuelven a deteriorar las playas de Telde

Un nuevo temporal sobre Gran Canaria descargó intensas lluvias desde la madrugada de ayer sábado e hizo correr barrancos, obligó a cerrar carreteras, produjo daños en los municipios del norte de la isla y volvió a destrozar las playas de Telde. Aunque las precipitaciones no tuvieron la violencia de los fenómenos tormentosos de la semana pasada, en Moya se alcanzaron los 91 litros por metro cuadrado y en puntos de Santa María de Guía, Arucas o Teror se superaron los 60 litros. En Las Palmas de Gran Canaria y en el aeropuerto de Gando se registraron más de 20 litros, lo que provocó problemas de tráfico en los accesos a la capital.
La mitad norte, desde La Aldea hasta la capital, recibió el mayor palo de agua, pero Telde tampoco se libró de la borrasca y las ya maltrechas playas de Melenara y La Garita sufrieron nuevos daños, esta vez con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, como testigo directo de los destrozos en el litoral.
La borrasca se concentró sobre los municipios de Moya, Santa María de Guía, Gáldar, Firgas, Arucas, Teror y Valleseco, donde comenzó a descargar desde la madrugada y no paró hasta bien entrada la noche de ayer . No obstante, fue una lluvia serena y provocó pocos incidentes de gravedad. De hecho, los principales daños en el norte se registraron en las carreteras de Agaete a La Aldea, en la de El Pagador a Moya por el acceso de Los Dragos, y en la de Cenobio de Valerón, que ya se tuvieron que cerrar en las anteriores trombas de agua. Aparte de esas tres vías de la red insular, la caída de piedras también obligó a cerrar un camino vecinal en Hoya de Pineda.
El consejero de Obras Públicas del Cabildo, Ángel Víctor Torres, explicó que los operarios de carreteras trabajan hoy domingo para intentar abrir esas carreteras, lo que dependerá de que no siga lloviendo. La vía que presenta mayores problemas es la de Cenobio de Valerón, con continuos desprendimientos.
Moya
En la localidad norteña se alcanzaron 91,6 litros y los jóvenes lugareños no habían visto correr el barranco con el caudal con el que lo hacía ayer. A media mañana se podían contemplar desde la costa de El Pagador y El Altillo las pequeñas escorrentías que se colaban por las laderas, que al estar bien empapadas de la tormenta de la semana pasada dejaban pasar el agua entre sus surcos. Tras esta bonita estampa, la otra cara del temporal fueron los desprendimientos que se produjeron en la carreteras GC-75, de Pagador a Moya, que estuvo cerrada varias horas. El fuerte aguacero también obligó a cortar el acceso al barrio de La Barranquera. Según explicó el alcalde, Hipólito Suárez, la decisión se adoptó como precaución ante la cantidad de agua que bajaba por la calzada. Los vecinos tuvieron que acceder a este pago norteño por la GC-2, es decir, por El Altillo, no por El Roque.
La Aldea
Menos de veinticuatro horas permaneció disponible para el tráfico la carretera de La Aldea. La vía, la GC 200, que fue abierta el pasado viernes a las 14.30 horas después de quince días cerrada , volvió a quedar impracticable a las 12.00 horas de ayer debido a la caída de piedras sueltas. "Este es un mal endémico", señaló el alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, que se mostró confiado en que el Estado la considere como una obra prioritaria en el nuevo convenio de carreteras con Canarias. Pese a los inconvenientes del aislamiento, esta lluvia serena ha sido bien recibida por los agricultores aldeanos.
Gáldar
El barranco de Gáldar corrió durante la mañana y hasta se convirtió en un improvisado tobogán para tres bugueros, que desafiando el peligro se lanzaron al agua con sus tablas a la altura del puente de los Tres Ojos y recorrieron una parte del cauce cabalgando sobre la barranquera. Una gran parte de esa agua se perdió en el mar, en concreto por el litoral de El Agujero y de Bocabarranco, según informó el alcalde Teodoro Sosa.
Santa María de Guía
La carretera de Cenobio de Valerón volvió a sufrir los estragos del mal tiempo y probablemente seguirá cortada durante varios días. También se registraron daños en el mobiliario urbano de San Felipe. En todo el municipio se formaron barranqueras, bien acogidas por los agricultores, que observaron con satisfacción cómo rebosaba el embalse de El Hormiguero, lo que no ocurría desde hace décadas.
Arucas, Teror y Valleseco
Estos tres municipios recibieron entre 40 y 60 litros por metro cuadrado, que empaparon la tierra sin provocar grandes destrozos, aunque sí algunos sustos por la intensidad de lluvia a primera hora de la mañana, según informaron fuentes de Protección Civil. Los registros pluviométricos descendieron a 30 litros en Artenara, Tejeda, San Mateo o Valsequillo.
Santa Brígida
Las precipitaciones en Santa Brígida dañaron un torreón de electricidad y dejaron sin suministro al casco antiguo de la villa durante todo el día, lo que obligó a los negocios a cerrar sus puertas o a trabajar con generadores.
Telde
Aunque el epicentro de la borrasca se situó en el norte de la isla, la costa de Telde volvió a sufrir los estragos de la lluvia, con más de 30 litros por metro cuadrado en la ciudad y en el litoral. Las playas de La Garita, Melenara o Salinetas, que empezaban a recuperarse del temporal de hace una semana, quedaron otra vez inutilizables por las riadas, que se llevaron la arena que pacientemente habían depositado durante los días los equipos de obras públicas del Ayuntamiento. También llovió sobre mojado en El Calero, Hoya Pozuelo, Ojos de Garza y prácticamente en todo el vial costero de Telde, donde varios muros se derrumbaron.
Actos suspendidos
La lluvia obligó a suspender o aplazar las fiestas de finados y de castañas en Teror, Santa María de Guía, Gáldar y Santa Brígida.

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