El buque cisterna Granato, de bandera italiana, quedó
fondeado a primeras horas de la noche de ayer en la ría de Ares y en
situación de cuarentena como medida de seguridad tras la muerte de uno
de sus tripulantes. Un juzgado de Vigo ordenó a las fuerzas de seguridad
que no entrase ni saliese nadie del barco en tanto no se ordenase lo
contrario.
La alerta preventiva se adoptó tras haberle
practicado la autopsia al fallecido, un hombre de nacionalidad india en
la ciudad olívica. Aunque los resultados no se dieron a conocer, sí ha
trascendido que el deceso fue debido a una enfermedad contagiosa, motivo
por el que adoptaron las medidas oportunas.
La llegada del buque a la ría aresana, en la que
había otros tres barcos en espera de entrar al puerto, se produjo poco
después de las nueve de la noche. El Granato quedó fondeado en medio de
la ría y, cumpliendo las órdenes establecidas al respecto, de su
custodia se encarga una embarcación de la Guardia Civil, mientras que
varias patrullas del Cuerpo de la Benemérita lo hacen desde tierra.
Según pudo saber La Voz, estaba previsto que los
agentes se fuesen turnando de forma que el control estricto de que nadie
saliese ni entrase en el buque se cumpliese a rajatabla.
En principio, la vigilancia se mantendrá hasta que se
conozca el resultado de las nuevas muestras que se están realizando al
fallecido. Se cree que pueden ser entre 24 y 48 horas.
Tripulación
El Granato, de bandera italiana, se
dirigía a la empresa Forestal del Atlántico, en la ría de Ferrol, con 15
tripulantes a bordo, de nacionalidades italiana, india y australiana.
Uno de ellos falleció cuando el buque estaba en alta mar y la
tripulación pidió auxilio cuando se encontraban a 65 millas de las
costas del sur de Galicia. La muerte se certificó a las 21.40 horas del
viernes a causa de una parada cardiorrespiratoria.
El cadáver del tripulante indio fue evacuado por el
helicóptero Pesca I de la Xunta de Galicia, que lo trasladó a Vigo y
allí se la practicó la autopsia por un equipo forense. Los resultados
fueron comunicados a un juzgado de guardia de la ciudad, que fue el que
dio las oportunas órdenes sobre las medidas a adoptar.
La Capitanía Marítima de Ferrol se movilizó de forma inmediata, dando la voz de alerta a la Guardia Civil.
Siguiendo las órdenes establecidas, una patrullera
del instituto armado permaneció a la espera en el litoral de Mugardos,
mientras el buque afectado seguía su ruta hacía la ría de Ares, si bien
lo hacía a una velocidad muy reducida, llegando a estar parado durante
bastante tiempo en alta mar a la altura del litoral de Malpica.
Según la información recogida al respecto por este
periódico, el último puerto en el que había hecho escala el Granato
antes de alcanzar las costas gallegas fue la localidad portuguesa de
Leixoes, y con anterioridad había pasado por otros cuatro muelles
europeos, entre ellos Róterdam y Amberes.
Subdelegación del Gobierno
La Subdelegación del Gobierno en la
provincia de A Coruña informó a última hora de la tarde de ayer de que
la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao había solicitado
colaboración para evitar que el barco en el que se produjo la muerte
entrase en puerto, motivo por que se movilizó al servicio marítimo de la
Guardia Civil, que se encarga de custodiar el buque e impedir que
alguien entre o salga del mismo.
En cuanto a las medidas sanitarias, desde la
Subdelegación del Gobierno de A Coruña se indicó que se han extraído
nuevas muestras al cadáver del tripulante fallecido, que ya comenzaron a
ser analizadas ayer por la tarde por personal del Instituto de Medicina
Legal de Galicia (Imelga) ubicado en Santiago. Ayer se desconocía el
plazo en el que se podrán conocer los resultados, pero se aseguró que
será lo antes posible.
Mientras tanto, las medidas preventivas se mantienen,
a la espera de lo que decidan las autoridades sanitarias en función de
las causas de la muerte del marinero, que era el cocinero del buque
cisterna y, según parece haber declarado el capitán, padecía diabetes.
Un quimiquero construido en el 2000
El buque cisterna Granato pertenece a la serie de los
barcos quimiqueros y fue construido en el año 2000. En la actualidad
navega bajo bandera italiana y su tripulación suele estar integrada por
15 personas. El buque tiene 121 metros de eslora y 16 de manga. Cuando
surgió el suceso se dirigía a la ría de Ferrol, para cargar metanol en
las instalaciones de Forestal el Atlántico, en las que se fabrican colas
y resinas destinadas a la industria del tablero y de la impregnación de
papel. En este complejo industrial, que cuenta con unos tanques con una
capacidad de 300.000 metros cúbicos, también se suministran fuelóleos
para diferentes usos a las compañías más importantes del mercado
mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario