Resultó afectado un edificio de la comunidad de la aldea ourensana de Ventoselo, en el que residen actualmente dos monjas y un lama
El edificio primigenio del monasterio budista de Ventoselo, en San Amaro, comenzó a arder este martes sobre las 15.45 horas. A esa hora, una de las dos monjas de la comunidad, la ourensana Berta, que adoptó el nombre Tenzing-Ngeyung al convertirse al budismo, se encontraba en la cocina cuando oyó crepitar algo en el piso superior, donde se ubica un dormitorio colectivo para 16 plazas. Nadie se encontraba en él en ese momento, afortunadamente. En el monasterio en esta época solo residen el lama Lobsang y dos monjas. Para Semana Santa esperaban a más de 60 personas para un retiro.
Los tres se pusieron unas mascarillas, cogieron los ocho extintores que tenían disponibles y cortaron la luz. «En doce ou trece minutos tivemos que saír nós correndo. Mentres vaciaba cada extintor acordábame do incendio de Valencia onde morreron moitos seres. Aquí é como se ardese un mosteiro, un hotel e unha libraría», relata Tenzing. Dada da la virulencia de las llamas, cuando llegaron los bomberos de O Carballiño, procedentes de otro servicio, ya el fuego estaba extendido. La estructura de madera en la que se basa la edificación sirvió de combustible. El dormitorio donde se cree que comenzó el fuego está atravesado por el tubo de la chimenea. Dos horas después, el fuego seguía activo, pero ya controlado con la intervención de los profesionales del parque comarcal carballiñés, apoyados por el Grupo Municipal de Emerxencias de O Carballiño.
Los vecinos de San Amaro, tanto particulares y personas que tienen casas de turismo, se acercaron para ofrecerles alojamiento, ropa, duchas o lo que necesitasen. Las monjas lo agradecieron, pero se quedarían a dormir en otra casita del complejo que no resultó afectada. Tampoco le pasó nada al templo. Hay buena relación vecinal con la comunidad religiosa que comenzó a instalarse en esta aldea ourensana en el 2009.
Tenzing-Ngegyung, que lleva once años en el monasterio Chu Sup Tsang fundado por Geshe Tenzing Tamding, contemplaba con pena cómo los bomberos tiraban desde de lo alto decenas de libros calcinados. Esta comunidad religiosa se basa, explica, en el estudio de la mente a través de los textos. Además de los vecinos de San Amaro, la monja ourensana recibía constantemente mensajes de discípulos de Ourense, toda Galicia que suelen acudir los fines de semana a grupos de estudio y del resto de España interesándose por la situación. Tritul Rimponche, otro lama o director espiritual, se acercaría hoy desde Sevilla. Ante la desoladora estampa material, la monja ourensana reflexionaba sobre el concepto de la impermanencia de la vida.