jueves, 3 de diciembre de 2015

DESCUBREN URANIO EN CANTIDADES PELIGROSAS EN CANTERA DE LUGO

 Un particular midió radiaciones elevadas y comunicó el hallazgo al Seprona
Un particular especialista en Física descubrió en una cantera del municipio de Lugo concentraciones tan elevadas de uranio que denunció el asunto en el Seprona de la Guardia Civil por los riesgos para los trabajadores y posibles excursionistas. Ahora, tanto la Xunta como el Consejo Nacional de Seguridad Nuclear están al tanto de la situación y deberán decidir si cierran la zona para evitar posibles radiaciones por uranio.
El denunciante paseaba con su hijo por los alrededores de la cantera de granito de Vilachá buscando cuarzos, cuando observó entre las rocas de la cantera manchas de color verde. Se acercó pensando que eran pintadas de un aerosol pero descubrió que en realidad eran sales de uranio (fosfato de uranio o autunita), que afloraban a través de las vetas y eran arrastradas por el agua. Volvió al día siguiente con su medidor Geiger de radiación y comprobó que se alcanzaban cantidades muy altas, que son de riesgo en caso de exposiciones prolongadas. El aparato llegó a medir 60 cuentas de radiación en el aire, cuando el límite normal en zonas graníticas es de 20 o 30 como máximo. Posteriormente aproximó el contador a la roca y las mediciones ya ofrecían cifras desorbitadas y peligrosas para los humanos, llegando a superar la escala del propio aparato.
Aún volvió otro día para cerciorarse de los datos y comprobar que la cantera estaba abierta y completamente accesible para cualquiera que pudiese acercarse como él. Aunque era fin de semana, comprobó que había restos de actividad y máquinas manejadas por operarios, por lo cual, preocupado, decidió denunciar el caso en el Seprona, que trasladó el asunto a la Xunta.
Las sales de uranio, reflejadas en manchas verdosas y que aparentemente pueden parecer simples pintadas de espray, están entre las piedras cortadas y manipuladas de esta cantera de Vilachá de Mera, y esto supone un riesgo mayor porque los expertos recuerdan que el polvo que desprende la piedra al ser cortada acaba en los pulmones, en la comida o en el agua y es un factor de alto riesgo para la salud.
Todo apunta a que en esta cantera de Vilachá existe una concentración muy elevada de uranio, y el denunciante asegura que podría haber llegado a coger medio kilo de sales de uranio (autunita) a simple vista sobre el terreno.
¿Quién regenta la cantera?
En Vilachá de Mera, en el municipio de Lugo pero casi en el límite con Friol, hay varias canteras de granito en un radio de unos dos kilómetros. La más grande es de la empresa Rocas Industriales Vilachá, del grupo Indeza, pero está paralizada desde hace tiempo. Otra, donde el particular detectó la presencia de uranio en dosis de riesgo, todo indica que pertenece a Áridos Carballido, aunque ayer el propietario afirmó que la suya no era realmente esa, sino otra que hay a su lado. También aseguró que no tiene actividad, aunque hay máquinas cortadoras de roca en la cantera y las vías interiores están transitadas.

La Xunta tramita el caso y el Consejo Nacional de Seguridad Nuclear está a la espera

La Dirección Xeral de Enerxía e Minas, dependiente de la Consellería de Economía, explicó ayer que está al tanto de la denuncia y adelantó que notificará con urgencia el caso a la empresa propietaria. Y además pedirá colaboración del Instituto Geológico de España porque al tratarse de una cantera de granito puede que existan también otros minerales asociados, con otros potenciales riesgos.
Por su parte, el Consejo Nacional de Seguridad Nuclear, a través de su gabinete de prensa, indicó que están a la espera de conocer más datos del caso, y ayer no tomaron ninguna decisión.
El uranio y las diversas formas en las que puede aparecer en la tierra se utilizan para fabricar combustible para centrales nucleares, para medicina, concretamente para radioterapia, y para la realización de bombas atómicas o también para bombas sucias, es decir, quienes no tienen medios técnicos para enriquecer el uranio lo pueden usar de diversas formas para contaminar. Para los coleccionistas también es algo muy valioso y en algunos países como Estados Unidos se puede comerciar con él y se pagan más de 500 euros por pequeñas dosis. En España este mercado libre está prohibido y tienen que ser empresas autorizadas las que tengan el monopolio para su utilización. El organismo que lo controla es el Consejo Nacional de Seguridad Nuclear, que puede determinar, por ejemplo, que una zona con cantidades peligrosas deba cerrarse y vallarse de manera urgente para evitar radiaciones a la población.

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