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lunes, 1 de agosto de 2022

LOS INCENDIOS CERCAN EL AREA DE VIGO - PONTEVEDRA

El presidente de la Xunta asegura que los fuegos de Arbo y A Cañiza fueron provocados 

Otro incendio en el concello ourensano de Boborás obligó a interrumpir el tráfico ferroviario entre Santiago y Ourense

Tras la oleada de incendios que afectó a Ourense y Lugo, las llamas causan ahora estragos sobre todo en la provincia de Pontevedra. El fuego más preocupante en cuanto a su extensión es el de Arbo, que ya ha arrasado 400 hectáreas y que obligó a decretar el nivel 2 de alerta por su cercanía al núcleo de As Searas.

Pero a este se sumó ayer otro incendio en A Cañiza que, aunque solo ha calcinado 25 hectáreas, resultó peligroso por su proximidad al polígono industrial y además obligó a cortar el tráfico en la A-52 y posteriormente en la N-120. A primera hora de esta mañana la Xunta lo ha dado por controlado. Otro incendio en Poio generó alarma al situarse muy cerca de la AP-9 y en Ponteareas ayer quedó estabilizado el declarado en la parroquia de Padróns.

Aunque la situación más crítica se vive ahora en la provincia de Pontevedra, en Ourense los incendios no han desaparecido. Un fuego declarado ayer en Boborás obligó a cortar el tráfico ferroviario entre O Carballiño y O Irixo, en el trayecto Santiago-Ourense. Y los servicios de extinción siguen tratando de apagar el incendio de Castrelo de Miño, que permanece controlado tras quemar 200 hectáreas. 

 Si bien la primera oleada de incendios en Ourense y Lugo tuvo su origen en una tormenta seca de rayos, en los incendios de Arbo y A Cañiza hay una clara intencionalidad. Al menos así lo cree el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que señaló que fueron provocados. “Quemar el monte es un delito. Se pone en peligro a personas y a los bienes y casas de mucha gente, por lo tanto, va a ser perseguido y los culpables detenidos y puestos a disposición de la justicia”, señaló. El jefe del Ejecutivo gallego aseguraba ayer a mediodía, sin embargo, que la situación de los incendios en estos dos municipios “ya no es tan preocupante”. 

En A Cañiza el fuego se originó a la 01.00 de la madrugada de ayer en la parroquia de Oroso. La Consellería de Medio Rural activó la situación 2 de alerta por la cercanía de las llamas al polígono industrial de Ribadil, concretamente a una nave de reciclaje de plásticos. 

Este fuego calcinó ayer unas 25 hectáreas, la mayor parte de monte raso. Pero además obligó a cortar durante unas horas por la mañana la A-52 a su paso por el municipio de A Cañiza. Se redirigió el tráfico a la N-120. Sobre las 11.00 horas se reabrió la autovía das Rías Baixas y, al mismo tiempo, se cerró la nacional en el kilómetro 612 en ambos sentidos debido a la presencia de humo y polvo en la calzada. Finalmente el tráfico en esta vía se retomó en torno a las 14.10 horas.

“La situación del incendio no es muy peligrosa, pero por seguridad los técnicos realizaron un contrafuego, han informado a FARO de VIGO fuentes de la Guardia Civil de Tráfico.

El alcalde de A Cañiza, Luis Piña, sospecha que detrás de este suceso pueda estar la mano de los incendiarios: “Hubo un primer foco que se contuvo pasadas las 22.00 horas, pero sobre las 1.00 horas aparecieron otros dos y el de Oroso se descontroló. Que hayan ardido tres puntos distantes y de manera casi sincronizada es muy sospechoso”. 

Arbo

En Arbo el fuego seguía ayer a última hora activo y había arrasado ya 400 hectáreas. Se inició en la parroquia de Mourentán y se expandió al lugar de As Searas, próximo a un núcleo de viviendas, lo que obligó a la Xunta a declarar el nivel 2 de alerta que aún se mantiene vigente debido al peligro para las casas.

El alcalde Horacio Gil daba ayer por controlado el incendio, aunque desde la Consellería de Medio Rural lo mantenían a última hora del día como activo y sin bajar además el nivel de alerta.

Un gran despliegue de medios trabaja en su extinción incluyendo 10 aviones, nueve helicópteros, cinco palas, 39 motobombas, 54 brigadas, 19 agentes y 7 técnicos, ademas de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

En Poio Policía local, Protección Civil y Guardia civil trabajaron ayer junto a dos brigadas de bomberos forestales para apagar un incendio forestal declarado poco antes de las nueve de la mañana en la zona de A Puntada, en Portosanto. Su cercanía a la AP-9 generó cierta alarma, pero finalmente no afectó al tráfico.

El otro fuego que afecta a la provincia de Pontevedra es el de la parroquia de Padróns, en Ponteareas. Fue estabilizado ayer a las 10.14 de la mañana tras quemar unas 20 hectárea de superficie. 

Ourense

Mientras, en Ourense, los servicios de extinción lograron apagar el incendio declarado en Oímbra, tras calcinar casi 27 hectáreas, la práctica totalidad de monte raso.

El declarado en Castrelo do Miño sigue bajo control, aunque aún no han logrado extinguirlo. Tiene una afectación de 200 hectáreas. 

Y el tráfico ferroviario entre Santiago y Ourense quedó cortado en la tarde de ayer durante unas dos horas aproximadamente en el kilómetro 289 debido a un incendio activo en la parroquia de Xurenzás, en el concello de Boborás. El fuego se inició hacia las cuatro y media de la tarde y calcinó unas 5 hectáreas, según la Consellería de Medio Rural. Las llamas no se han acercado a la vía, pero el humo del incendio dificulta la visibilidad.

La fiscal de Medio Ambiente, Carmen Eiró, reclamó ayer en una entrevista a la Cadena Ser cambios en la política de extinción. “Quizá tenemos que enfocar la extinción desde otro punto de vista”, señaló.

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