martes, 14 de diciembre de 2021

LA PUNTA DE LA CRECIDA DEL EBRO LLEGARÁ A ZARAGOZA

En Aragón la peor parte se la han llevado los campos de trigo. Los agricultores temen que los seguros no cubran los daños

La punta de la crecida del Ebro llega este martes a Zaragoza capital tras haber anegado más de 30.000 hectáreas desde que comenzó esta devastadora riada, el pasado viernes. A los graves daños que produjo en la ribera navarra, incluida la inundación de parte de la ciudad de Tudela, se han sumado las miles de hectáreas de cultivo anegadas en el tramo aragonés comprendido entre el límite con Navarra y la capital zaragozana.

En el tramo aragonés del Ebro no se han producido inundaciones de municipios, más allá de limitadas afecciones en puntos muy concretos, enclaves muy expuestos a episodios de crecidas y que suelen verse afectados de forma recurrente cuando se producen riadas. Pero las pérdidas sí que van a ser cuantiosas en el sector agropecuario.

Tanto el Gobierno aragonés como las organizaciones de productores coinciden en que todavía es pronto para hacer evaluación de pérdidas. Habrá que esperar a poder hacer una cuantificación exacta de la superficie inundada, y tendrán que pasar días hasta que las aguas vayan retirándose y saber, en ese momento, qué parte de los cultivos se ha perdido definitivamente.

En cualquier caso, el vicepresidente de la Asociación de Afectados por las Riadas del Ebro (Asafre), Luis Pablo Latorre, ha avanzado que, con seguridad, se han inundado ya más de 30.000 hectáreas en los tramos navarro, riojano y aragonés del Ebro.

La dimensión de esta riada ha sido muy similar a la que se produjo en 2015. En aquella ocasión fueron anegadas 40.000 hectáreas de campos y las pérdidas se cifraron en más de 200 millones de euros, entre explotaciones agropecuarias e infraestructuras públicas y privadas.

Luis Pablo Latorre ha explicado que, en estos momentos, en los campos aragoneses inundados la producción más significativa que estaba en cultivo era el trigo. El problema es que acababa de brotar, pero aún no había alcanzado el desarrollo vegetativo mínimo que el seguro agrario exige para cubrir pérdidas. Los productores temen que esos cultivos no se vean cubiertos y confían que, en ese caso, se vean resarcidos por las ayudas públicas que se habiliten mediante la declaración de zona catastrófica. También habrá afecciones de consideración en campos de alfalfa y de cebada.

Con ese panorama recibe este martes Zaragoza capital la punta de la crecida, con un caudal máximo esperado de unos 2.300 metros cúbicos por segundo. Aguas arriba, en localidades como Pradilla, el Ebro alcanzó la víspera los 9 metros de altura. La capital aragonesa ha diseñado un dispositivo de emergencia que incluye la habilitación de zonas de aparcamientos para estacionar los vehículos que deban desalojarse preventivamente de párkings privados potencialmente inundables, se han cerrado los accesos a las zonas más próximas al río y se tienen listos protocolos de intervención inmediata por si fuera necesario realizar desalojos en algunos edificios, caso de alguna residencia de ancianos situada cerca del Ebro.

Como sucede de forma recurrente en cada riada, la punta de la crecida llega a Zaragoza con menos caudal que en los tramos situados aguas arriba. La inundación de decenas de miles de hectáreas hace que la riada pierda potencia conforme va arrasando zonas ribereñas. En esta devastadora crecida, el Ebro ha llegado a superar los 3.200 metros cúbicos por segundo a su paso por Navarra.


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