El mal tiempo sigue sin dar tregua a Galicia que sufrió ayer lluvias torrenciales, fuertes vientos y olas de hasta siete metros
El otoño ha arrancado en Galicia sin dar tregua, encadenando borrasca tras borrasca. La comunidad no ha tenido tiempo de recuperarse de todas las incidencias que dejó el temporal de esta semana porque Celine irrumpió ayer con fuerza dejando vientos de hasta 150 kilómetros por hora en el norte de Lugo, grandes olas de hasta 7 metros de altura y cuantiosas precipitaciones que dejaron numerosas incidencias en Galicia: calles inundadas, carreteras cortadas, bajos anegados, desprendimientos, árboles caídos y más de una decena de vuelos cancelados y desviados por culpa de las malas condiciones meteorológicas.
Santiago fue una de las ciudades más castigadas. Las lluvias torrenciales formaron balsas en las carreteras y el Ayuntamiento de Santiago se vio obligado a cerrar los parques. Además en el aeropuerto Rosalía de Castro de la capital gallega más de una decena de vuelos han sido desviados o cancelados. El fuerte viento y la escasa visibilidad obligaron a enviarlos a otras terminales alternativas por razones de seguridad. Ha sido el caso de un vuelo de EasyJet Ginebra-Santiago que tuvo que aterrizar en Oporto y otro de Ryanair procedente de Bolonia que fue derivado a Madrid.
Pero también el aeropuerto de Vigo se vio afectado con desvíos o cancelaciones de vuelos con destino o llegada a Madrid. Las fuertes lluvias obligaron además a cerrar el acceso desde la autovía al túnel de Beiramar y el fuerte oleaje provocó que cerca de una docena de buques mercantes se hayan visto obligados a refugiarse en Cíes.
Pontevedra sufrió con fuerza el embate de Celine. La autovía de Marín tuvo que ser cortada a la circulación en la tarde del sábado al quedar inundada por las abundantes lluvias y la subida de la marea poco después de las 16.00 horas.
Las incidencias en la comarca de Pontevedra fueron numerosas. Además de las intensas lluvias, se registraron también fuertes ráfagas de viento que han obligado a los Bomberos a acudir, por ejemplo, al puente de A Barca, donde se desprendían algunas planchas metálicas de la cubierta de sus aceras.
Asimismo, la subida de la marea provocó anegaciones en otros puntos de la ría, como las registradas en Combarro. El agua invadió la zona del muelle y afectó a la zona de restaurantes ya que la red de alcantarillado no es suficiente para evacuar el exceso de caudal.
Además se anegaron varias calles en el centro de la ciudad, durante la mañana varios viales quedaron sin iluminación pública y los bomberos tuvieron que intervenir para retirar árboles caídos y postes.
En Arousa el viento y la lluvia volvieron a causar estragos: se inundó la carretera que une el centro de Vilagarcía con Carril y no fue la única vía inundada. Y es que las localidades costeras sufren, no solo por las precipitaciones, sino también por la marea alta que deja paseos marítimos cubiertos como el de A Illa de Arousa.
En la comarca de O Morrazo el temporal inundó locales y dañó el muro de contención en el muelle de O Con, en Moaña.
Las Rías Altas tampoco se libraron del ímpetu de Celine. En Narón se derrumbó un muro de cuatro metros por las intensas lluvias y en A Coruña se cerró al público el paseo marítimo.
Y en el interior tuvieron que rescatar a una mujer en Punxín que se precipitó por un barranco. Se investigan las causas del siniestro pero no se descarta que esté relacionado con las fuertes lluvias.
Lugo, Ourense y Pontevedra continuarán hoy en alerta amarilla, pues se esperan precipitaciones fuertes o persistentes.
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