Los equipos de rescate siguen buscando contra reloj supervivientes dos días después de los terremotos que este lunes devastaron el norte de Siria y el sur de Turquía. Según los datos facilitados hasta el momento, el número de muertos asciende a 9.504 y el de heridos a casi 42.000.
En Turquía, la Autoridad de Gestión de Desastres (AFAD, por sus siglas en turco) informa en su último parte de 6.957 muertos y 37.011 heridos.
En Siria, un país azotado desde 2011 por una guerra civil, la cifra total es de 2.547 muertos y 4.654 heridos. Las áreas de las provincias noroccidentales de Idlib y Alepo, fronterizas con Turquía y que continúan en manos de la oposición, concentran el mayor número de víctimas, con 1.280 fallecidos y más de 2.600 heridos, según el último recuento ofrecido por el grupo de rescatistas Cascos Blancos en su cuenta de Twitter.
Según explicaron expertos en rescate, 72 horas es el tiempo máximo, por lo general, que una persona puede permanecer con vida bajo los escombros.
Búsquedas a temperaturas bajo cero en Turquía
Más de 79.000 personas participan en Turquía en los equipos de búsqueda y rescate. Allí han llegado también los equipos de ayuda extranjeros, en total unos 1.200 personas, entre ellas las enviadas desde España.
Los rescatistas trabajan con temperaturas gélidas de hasta 6 grados bajo cero, mientras los supervivientes se encuentran con las infraestructuras básicas muy dañadas. Muchos han pasado su segunda noche a la intemperie, durmiendo en coches o en la calle, arropados con mantas.
"¿Dónde están las tiendas, dónde están los camiones con comida?" se quejaba Melek, de 64 años, en la ciudad de Antakya. "No hemos visto ninguna distribución de ayuda aquí, al contrario que con otros desastres. Hemos sobrevivido al terremoto, pero vamos a morir de hambre y frío".
“Hemos sobrevivido al terremoto, pero vamos a morir de hambre y frío"
El gobierno turco ha creado un Centro de Gestión de Crisis en el Ministerio de Defensa, para organizar el transporte de personal y equipos a través de un puente de ayuda aérea. En varias ciudades ya han comenzado a aparecer los campamentos montados en campos deportivos.
Las autoridades turcas creen que 13,5 millones de personas se han visto afectadas en un área que se extiende unos 450 kilómetros, de Adana al oeste hasta Diyarbakir al este.
"Cientos de familias bajo los escombros" en Siria
En Siria, cientos de personas continúan atrapadas entre los escombros, por lo que se teme que el número real de muertos sea mucho mayor.
"Se espera que el número suba significativamente por la presencia de cientos de familias bajo los escombros, más de 50 horas después del terremoto", ha comunicado en Twitter los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que actúa tras los bombardeos en la zona bajo control de la oposición que combate al gobierno de Bachar al Asad.
Más de 360 edificios han quedado completamente destruidos, mientras que más de un millar están "severamente destruidos".
"Estamos en una carrera contra el tiempo y trabajando con las máximas energías disponibles y con la cooperación de todas las partes", ha comunicado por su parte el Ministerio de Sanidad sirio.
A Damasco y otros aeropuertos llegan aviones con ayuda internacional, suministros y efectivos especializados. Pero en las áreas opositoras carecen de maquinaria pesada suficiente para el rescate y piden ayuda exterior urgente. La única vía directa de entrada de suministros es precisamente la frontera con Turquía, que ha quedado dañada por los temblores.
El seísmo de magnitud 7,8 registrado en la madrugada del lunes es el mayor terremoto en Turquía desde 1939. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se situó en la provincia de Gaziantep, en el sureste del país, fronteriza con Siria. Las vibraciones se sintieron en Irak, Líbano, Israel y Chipre.
Posteriormente, se produjeron hasta 145 temblores más, uno de ellos de magnitud 7,5 a las 13.25 hora local del lunes.
Los geólogos explican que Turquía es una zona de alta actividad sísmica, ya que allí confluyen tres placas tectónicas: la de Anatolia, la de Arabia y la de África.
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