domingo, 19 de junio de 2022

EL FUEGO AMENAZA VARIAS URBANIZACIONES DEL GARRAF - BARCELONA

Los Bombers priorizan la extinción de los incendios de Olivella y Santa Coloma por la cercanía de viviendas

De nuevo el fantasma de la bestia negra del colapso del sistema revoloteó durante todo el día de ayer sobre el centro de mando de los Bombers de la Generalitat. Las condiciones meteorológicas no mejoraron, en contra de lo que se esperaba. Al contrario, una fuerte brisa del sur avivó con intensidad el incendio que anoche más preocupaba, el de Artesa de Segre y Baldomar, en la Noguera. Mientras tanto otros incendios, y no provocados precisamente por rayo, en las zonas forestales de los municipios de Olivella y Santa Coloma de Gramenet hicieron saltar todas las alarmas. Ante la proximidad a numerosos núcleos urbanos se priorizó la extinción de los fuegos de Barcelona.

“Se trata de tomar decisiones muy difíciles, que en ocasiones cuestan de comprender, pero necesarias para evitar el colapso del sistema y minimizar la cifra de hectáreas quemadas”. La reflexión de un responsable de los Bombers desde el centro de operaciones del fuego de Olivella resume la estrategia del día de ayer.

Los servicios de extinción trabajaron en siete fuegos simultáneos y hoy se centrarán en Baldomar

Los Bombers llegaron a trabajar en una treintena de fuegos simultáneos, en todo el territorio, aunque en algunos se trataba de pequeños conatos en explotaciones agrícolas o los primeros en vegetación por petardos. En realidad eran siete incendios forestales que anoche necesitaban de la presencia de dotaciones terrestres y en los que los medios aéreos trabajaron durante todo el día lanzando agua.

Una de las imágenes de la intensa jornada la vivieron en directo los miles de bañistas que abarrotaban las playas de Castelledefels y Sitges y que presenciaron las increíbles maniobras de los pilotos del Ejército del Aire­ al mando de los Bombardier CL-215T/415 del 43 grupo cargando agua para arrojarla en Olivella, que a última hora quedó estabilizado.

La última cifra facilitada por los Agents Rurals era de unas 150 hectáreas quemadas en una zona del macizo del Garraf, que ha ardido en numerosas ocasiones. Pero fue la proximidad con las urbanizaciones Can Surià y Les Colines lo que obligó a pedir a la población que permaneciera durante todo el día de ayer confinada en sus casas, sobre todo­ para facilitar los traslados de los equipos de extinción, como recordó la alcaldesa Marta Verdejo.

Lladurs recupera su silencio

Desde que el miércoles empezó el incendio de Caste­llar de la Ribera, al que seguiría el de Lladurs, el cielo sobre Solsona tiene el color de la tierra. El humo ha quedado atrapado por el anticiclón y las temperaturas rozan de día los 37ºC. La superficie continua de bosque, mayoritariamente de pino negral y albar, sin campos que se pudieran arar para cortar el fuego y sin apenas acceso, porque hay muy pocas casas, convirtió el de Lladurs en el incendio más peligrosos por su enorme potencial. Las llamas avanzaban desde el pantano de la Llosa del Cavall hacia el Cap del Pla y Coll de Jou. Pero el trabajo de los vecinos y de los bomberos evitó lo que podía haber sido un desastre.

Otra alcaldesa, la de Santa Coloma de Gramenet, Nuria Parlón, estuvo muy pendiente de la extinción del incendio que empezó en unos matorrales de Can Zam, encima del cementerio, y que terminó quemando cerca de cinco hectáreas. Aquí, los Bombers contaron con la colaboración de los Bombers de Barcelona echando mano del convenio por el que los segundos refuerzan el servicio de los primeros en el área metropolitana de Barcelona cuando tienen dotaciones desplazadas, como está ocurriendo en los últimos días.

Quienes no se han movido desde el miércoles por la noche de Catalunya son las dos secciones, casi 200 militares, que la unidad militar de emergencias (UME) trasladó en cuanto recibió la petición de colaboración del Departament d’Interior.

Buena parte del trabajo lo están­ realizando en el incendio de Artesa de Segre y Baldomar, en la comarca de la Noguera. Un fuego que en las últimas horas el director de los Bombers, Joan Delort, calificó de “muy puñe­tero” porque está poniendo las cosas muy difíciles y se resiste a ser controlado. De todas maneras, y pese a que anoche volvía a centrar toda la atención y los esfuerzos, las llamas no han superado los ejes de contención, el perímetro de 5.000 hectáreas que los Bombers trazaron con caminos y campos arados para cercar el incendio y atacarlo desde esos puntos.

 

 

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