La Ertzaintza sigue rastreando la zona de monte, junto al depósito de aguas, en busca de otros restos
La Ertzaintza había calificado la desaparición de Roberto Colina, vecino de Barakaldo de 62 años, como de «alto riesgo por indicios de criminalidad». Fue visto por última vez el pasado 24 de julio. Desde entonces, nadie había vuelto a saber nada de él. Era como si se le hubiera tragado la tierra. La Policía sospechaba que el hombre podía haber sido víctima de un ajuste de cuentas relacionado con un asunto de drogas. Por eso, cuando este jueves han sido halladas dos piernas seccionadas dentro de bolsas junto a unas antenas y al depósito de aguas de Barakaldo, muy cerca de su domicilio, los investigadores del área de delitos contra las personas de la Sección Central han tenido claro que podrían pertenecer a él.
El caso está siendo investigado como un homicidio. No obstante, el primer paso de las pesquisas pasa por identificar los restos mortales mediante el ADN. Los forenses extraerán una muestra del hueso. Una vez que se obtenga el perfil genético, deberá ser cotejado con el de algún pelo suyo que haya quedado en el domicilio -en un peine o maquinilla de afeitar- o bien con algún familiar. Este trámite podría tardar entre una semana y diez días, aunque se han dado casos, como el del informático de Getxo José Antonio Delgado, Josetxu, asesinado por una pareja en Zaragoza, en que la Policía autonómica consiguió cotejar su ADN en cuestión de pocos días.
Los dos miembros humanos estaban amputados a la altura de la rodilla y envueltos en bolsas de plástico negras. No habían sido enterrados, pero sí escondidos. Pertenecen a un cadáver cuya data de la muerte no era reciente, sino que había pasado un tiempo. El estudio pormenorizado por parte de los forenses en el servicio de Patología del Instituto vasco de Medicina Legal, donde fueron han sido trasladados el jueves, podría revelar el momento aproximado de la muerte y el objeto contuso y cortante con el que han sido seccionadas ambas piernas.
Antecedentes
Tras la última ruptura, Roberto había vuelto con su actual pareja, con la que convivía y los dos hijos de ésta en el Grupo Mendia de Barakaldo, muy cerca de donde el jueves fueron hallados los restos. Sus vecinos de portal se han mostrado sorprendidos por la noticia del hallazgo de las extremidades, y la mayoría lo relacionaba directamente con su desaparición. Los residentes, que le conocían básicamente de vista, fueron llamados a declarar el pasado verano cuando se perdió su pista.
Roberto solía salir a pasear a 'Sira', una perrita blanca y negra con un defecto en el ojo, por el grupo Mendia. Javier, con quien coincidía con las mascotas, le recuerda como una «buena persona», aunque no oculta que era 'vox populi' que tenía problemas con las drogas y alguna deuda importante por este motivo. «Estaban buscándole fuera y estaba en casa, como quien dice», ha reflexionado.
El hombre contaba con antecedentes por amenazas y agresiones, también por tenencia de armas prohibidas y violencia de género, aunque algunos eran antiguos, de hace veinte años.
La asociación GREMAT- U.B.D publicó en julio una alerta por su desaparición, con fotos del hombre por si alguien pudiera aportar algún dato para dar con su paradero. Entonces, apuntaban a que podría encontrarse en la zona de Santander. En la información se indicaba que Roberto necesitaba tomar medicación y se le describía como de ojos oscuros, pelo canoso y complexión normal. Cuando fue visto por última vez, llevaba puestos unos pantalones vaqueros y unos zapatos marrones.
En los últimos días, la Ertzaintza había recibido información que le había llevado a reactivar el caso. El jueves por la mañana se ha remotado la búsqueda in situ en las inmediaciones de su domicilio. En el dispositivo participaban agentes de la Unidad de Montaña y de la Canina, además de drones desde el aire. Los perros fueron quienes localizaron los restos humanos en una zona de matorral de difícil acceso sobre la una del mediodía. El rastreo continuó por la zona en busca de nuevos restos humanos que completen el cuerpo, pero se ha suspendido pasadas las seis de la tarde al caer la noche por la falta de visibilidad. Está previsto que se reanude el viernes por la mañana.
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