El 10 de octubre de 2017
supone el 25 aniversario de la celebración del Día Mundial de la Salud
Mental, cuyo origen tuvo lugar en el año 1992, siendo el tema elegido en
esta ocasión la salud mental en el trabajo.
Con motivo de la celebración de este día, la Federación Mundial de la Salud Mental (World
Federation for Mental Health; WFMH) ha elaborado un informe en el que
justifica la importancia de que los responsables de empresas y
organizaciones dediquen más atención al cuidado y bienestar de los
trabajadores, titulado Mental Health in the workplace (Salud mental en el trabajo).
Tal y como se desarrolla
en el documento, la necesidad de aplicar medidas para mejorar la salud
mental de los trabajadores va más allá de conseguir que las empresas
sean lugares de trabajo excelentes. Entre otros beneficios, esta cultura
de atención y cuidado al estado psicológico de los trabajadores ayuda a
las personas a ser más felices y más productivas, permite romper el
estigma asociado a los problemas de salud mental, promueve una cultura
de aceptación, atrae a más empleados y retiene a los que están en
plantilla, repercute positivamente en la vida y relaciones del
trabajador fuera de su trabajo y disminuye el aislamiento social. En
definitiva, según refiere la WFMH “es la dirección hacia la que nuestra sociedad necesita encaminarse”.
Bajo este prisma, los responsables de recursos humanos y empleadores deben ser conscientes de su papel como agentes de cambio,
ya que los factores de riesgo del estrés y del malestar psicológico en
el lugar de trabajo pueden ser modificados, así como se puede
implementar un clima organizacional que promueva el bienestar y la
creatividad, teniendo en cuenta tanto las políticas laborales como las
necesidades individuales de los empleados. Asimismo, en la medida en que
existen tratamientos eficaces para los trastornos de salud mental, los
empleadores pueden facilitar el acceso a estos recursos en caso de
necesidad por parte del trabajador. De acuerdo con el Foro Económico
Mundial, y tal y como se recoge en el informe de la WFMH, cada dólar que
se invierte en el tratamiento de la depresión y ansiedad supone un
beneficio de 4 dólares en la mejora de la salud y de la capacidad de
trabajo de los empleados, por lo que la promoción del bienestar de los
trabajadores debería ser una línea de acción prioritaria.
Y, ¿cómo identificar si el jefe o el responsable del equipo es capaz de crear un ambiente laboral saludable? Según
la WFMH, la acción comprometida hacia el cuidado y bienestar de los
trabajadores se ve reflejada en una actitud proactiva que implica:
- Mostrar aprecio a todos los empleados y trabajadores.
- Construir un ambiente de apoyo mediante una comunicación transparente.
- Identificar los primeros signos de agotamiento en los trabajadores.
- Crear una cultura organizacional que refleje un sistema de valores y creencias positivo.
- Manejar adecuadamente el estrés (tanto en sí mismos, como en el equipo que dirigen).
- Crear conciencia sobre el impacto de la salud mental y reducir el estigma asociado.
- Promover el bienestar psicológico y brindar apoyo a los empleados que lo necesiten.
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