La repentina retirada del mar en playas turísticas de Uruguay y Brasil prendió las alertas de las autoridades, visitantes y ciudadanos ante la posible ocurrencia de un tsunami.
El video aficionado enviado por un ciudadano uruguayo a la red de Bomberos Interamericanos, en la que participa el Cuerpo de Bomberos de Cundinamarca, muestra los minutos posteriores a un descenso repentino del nivel del agua visto desde el puerto de Punta del Este, uno de los balnearios más famosos de América del Sur.
Muchos creyeron que se trataba de un tsunami, pues, cuando el mar se "recoge" este comportamiento inusual podría ser la señal más evidente de un tsunami en progreso. Aunque no siempre.
Unas 36 horas pasaron desde la ocurrencia del extraño fenómeno para que el agua volviera a las costas de Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha y Lavalleja en Uruguay como también a las playas de Portoalegre y Tramandai en Brasil, según lo informado por la prensa de esos países. Pero el efecto de un terremoto en el fondo marino o la erupción de un volcán submarino se hubiera dado en cuestión de horas no de días.
Los cascos de decenas de yates de lujo y embarcaciones pesqueras quedaron expuestos por la bajante. Hasta algunas focas parecieron quedar encalladas junto a gigantescas anclas, llantas y escombros, huellas de la intensa actividad marítima que se registra, sobre todo, en costas uruguayas.
Juan Carlos Ramos García, director de "CIEM", Cuerpo Internacional de Emergencias y miembro de la junta directiva de "GREMAT", Grupo Radio Emergencias Mundial y Alerta Temparana, con sede en España, le explicó a NoticiasRCN.com que el fenómeno recibe el nombre de Meteotsunami. En la península Ibérica se le llama Risagga y en Japón, Surimi.
"En general existen tres mecanismos principales que se requieren para la formación de un meteotsunami: 1. Una perturbación meteorológica; 2. La resonancia entre la velocidad de la perturbación meteorológica y la velocidad de la onda en aguas profundas; 3. Cualidades de amplificación de un puerto, bahía o ensenada", explicó Ramos García.
Para el experto el meteotsunami que causó alerta en esta parte de la costa oriental del Cono Sur fue provocado por una perturbación meteorológica. "En este caso por ondas gravitatorias, no por vientos, porque por eso no es posible crear ese tipo de retiradas del mar".
Por su parte, Pedro Fernández, vocero de Cazatormentas, una comunidad de meteorólogos que sigue paso a paso el estado del tiempo en España y todo el planeta, describe de modo sencillo lo que son ondas gravitatorias:
"Las ondas gravitatorias se forman a gran altura. Se produce cuando un flujo de viento atraviesa una zona montañosa, ese flujo de viento se perturba, por ejemplo, por efecto del rozamiento en una zona de rocas que generan diferentes velocidades, y crea unas ondas. Si esas ondas atmosféricas son capaces de acoplarse con las ondas marinas de igual amplitud de onda, se amplifica el movimiento de estas y se produce esa retirada de las aguas".
Ramos agregó que "esta bajada se vio incrementada con las bajadas naturales de las mareas en esas fechas y ambas cosas se unieron para dar ese efecto tan fuerte".
El cuerpo Internacional de Emergencias confirmó que el efecto del meteotsunami se prolongó casi por dos días.
Ya el 12 de agosto, avanzada la tarde, el océano volvió a su lugar junto con la tranquilidad de los habitantes de estas ciudades litorales, pese a que los sistemas de emergencia y desastres de cada país ya habían descartado el tsunami como causa de esta "rareza atmosférica" que también se registró el pasado mes de junio de este año en Holanda.
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