Benicàssim y el Grao de Castelló sufren rachas de más de 100 kilómetros por hora, mientras que el Arenal Sound vuelve a ser evacuado.
En Valencia El cielo vuelve a recuperar en las próximas horas la normalidad propia de las fechas en las que vivimos. A principios de agosto los turistas llegan a la Comunitat en busca de sol y buenas temperaturas con las que disfrutar de sus vacaciones. Sin embargo, en los últimos días la situación ha sido totalmente inversa. Las potentes tormentas y lluvia y viento han provocado destrozos en el campo y en varias zonas de costa, especialmente en Castellón.La tarde de ayer fue plácida en casi todo el territorio, pero aún se podían presenciar los estragos provocados por la climatología adversa, que produjo situaciones más complicadas de las que en un principio se preveían. Pese a todo, las precipitaciones fueron mucho menores que en días anteriores. En Almassora se recogieron más de 30 litros, según indicaba la página web de la Agencia Española de Meteorología, pero era una excepción. En Almassora apenas cayeron 15, mientras que en las demás poblaciones con lluvia ni siquiera se alcanzaron los 10.
Todo ello durante el día, puesto que la noche anterior, la del viernes al sábado pudo ser trágica en algunos puntos de Castellón. Sobre todo en Benicàssim y el Grao de la capital de la Plana, donde se vivió un fenómeno extraño que causó destrozos importantes y que alerto a los vecinos.
Los expertos explicaron que se dio el conocido como 'downburst', que no tiene traducción explícita al castellano, pero que se trata de una especie de bolsa de aire frío que cae de las nubes hacia el suelo y, al rebotar, produce una especie de reventón que causa rachas de viento de más de 100 kilómetros por hora. Muchas veces, estos fenómenos se confunden con tornados o pequeños huracanes, aunque no lo son.
Como consecuencia de todo ello se vivieron momentos de pánico. Según explicaron fuentes del Consorcio de Bomberos a este periódico, el fuerte viento destrozó chiringuitos de playa prefabricados que había en el paseo marítimo de Benicàssim -como se puede observar en una de las fotografías que acompaña esta información-, así como arrancó árboles, ventanales y persianas de diversos edificios.
Acordonan un parque
Además, en Castellón capital las autoridades, aconsejadas por los
bomberos acordonaron y cerraron el conocido parque del Pinar del Grau
puesto que muchos de los árboles que lo componen corrían el riesgo de
desplomarse. Todo ello, con gran parte de los bomberos destinados en
Burriana como consecuencia de los destrozos causados por las
precipitaciones en el Arenal Sound el día anterior. Unos daños que se
repetían, al igual que las actuaciones.«En esta ocasión la tormenta fue más violenta, aunque de menor duración que la noche anterior», reconocían las fuentes consultadas. Sin embargo, esta vez los asistentes al festival castellonense ya se encontraban sobreaviso, de modo que, nada más percibir que la lluvia arreciaba con fuerza decidieron abandonar el recinto, mientras que la organización suspendió de nuevo el resto de conciertos.
Los expertos en climatología reconocieron que pudo ser mucho peor y ocurrir una desgracia. Apenas 10 kilómetros separan Castellón de Burriana y los especialistas aseguraron que si el 'downburst' llega al Arenal, hubiera destrozado las estructuras levantadas para celebrar el festival.
De todos modos, la distancia entre ambas localidades fue suficiente para que no ocurrieran mayores desgracias. Esta vez, parte de los 'sounders' que pasaban la noche en tiendas de campaña no tuvieron que esperan varias horas para poder salir de las instalaciones (entre otros motivos porque la lluvia fue de menor duración ), aunque volvieron a aceptar ser reubicados en edificios del Ayuntamiento.
Si el pasado viernes fueron cerca de 800 los realojados en dos recintos, en esta ocasión la cifra superó las 1.200 personas que se subieron a los autobuses puestos por el Consistorio y que ocuparon tres estancias municipales, la Llar Fallera, el Poliesportiu Sant Blai y la Casa de la Cultura. Allí, voluntarios de Cruz Roja les dieron mantas, así como bebida y comida para que desayunaran. Las tormentas perduraron hasta las 8 de la mañana. De todos modos, en ningún momento peligró la vida de ningún visitante.
En el resto de la Comunitat las consecuencias del temporal no fueron tan duras. Alicante recuperó la normalidad y el sol brilló con fuerza gran parte de la jornada, mientras que los más perjudicados en Valencia fueron los bañistas. El mar también paga las consecuencias de los temporales, que complican las mareas de los días posteriores.
En ese sentido, ondearon banderas rojas en prácticamente todo el litoral, según explicaron desde Cruz Roja, por el fuerte oleaje que se registró en algunas playas y por la 'resaca' -termino usado por los socorristas cuando el mar arrastra a los bañistas tras temporales como el vivido-. En este sentido, los salvavidas se pasaron la jornada advirtiendo a los miles de personas que había en la costa que no podían entrar al agua y avisando a la policía cuando no les hacían caso. De hecho, tuvieron que ayudar a salir a casi una decena de personas, aunque en ningún momento fueron necesarios ejercicios de reanimación.
En el interior, el agua provocó desprendimientos de grandes rocas en zonas montañosas como Teresa de Cofrentes. Una situación similar a la que se vivió hace unos meses en Cortes de Pallás, aunque no quedó cortada ninguna carretera. Asimismo, los por los ríos volvía a correr agua en importantes cantidades tras las últimas lluvias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario