- No hay riesgo para las localidades cercanas y la batalla sigue centrada en evitar que las llamas lleguen al monte Hijedo
- El incendio es el mayor registrado en Cantabria desde 2005
Este incendio se ha considerado el más grave de los registrados en Cantabria desde el año 2005 por superficie quemada, y amenaza uno de los mayores bosques de roble albar de España, el monte Hijedo.
El incendio se inició ayer por la mañana y por la noche la proximidad de las llamas al pueblo de Ruanales obligó a reagrupar a 170 vecinos de cara a su posible evacuación, aunque finalmente no fue necesario. El Gobierno de Cantabria ha informado a Efe de que en este momento el fuego está "prácticamente controlado", aunque sigue activo un foco.
Las labores de extinción están siendo complicadas porque las llamas se encuentran en una zona a la que las autobombas no pueden acceder, lo que obliga a combatir el fuego desde el aire.
El incendio que se mantiene activo en el municipio de Valderredible ha arrasado ya 500 hectáreas de monte bajo y matorral, lo que le convierte en el más grave por superficie quemada de los registrados en Cantabria desde 2005 por superficie quemada. Lo peor, una vez que no ha afecta ya a núcleos de población, es que amenaza uno de los mayores bosques de roble albar de España, el del monte Hijedo.
El Monte Hijedo es uno de los bosques caducifolios más importantes de la región y uno de sus enclaves naturales más ricos, con alrededor de un millón y medio de ejemplares arbóreos y un importante censo de fauna, según la descripción de este espacio natural que figura en la página web de la Consejería de Turismo del Gobierno de Cantabria. Predomina en el bosque caducifolio, el de mayor extensión, el el roble, el haya, el serbal de cazadores, el mostajo, el acebo, el avellano y el tejo.
Pero además, Monte Hijedo alberga un bosque de ribera, con alisos, fresnos o chopos. Habitan en este espacio natural especies como el lobo ibérico, el águila real, la nutria, el turón, la marta, la nutria, el buitre leonado o el lagarto verde. Por eso, lo que más preocupa ahora es evitar la destrucción de esta reserva ecológica.
Los cuatro frentes activos ayer se han reducido este viernes a uno, localizado en la zona de monte Hijedo y de Riopanero, que se ha dividido en dos por razones operativas. Así, el frente norte se localiza en la zona orientada hacia el monte Hijedo, mientras el sur se orienta hacia el pueblo de Riopanero. Tienen especial importancia el viento y la temperatura reinante, que inciden en la posibilidad de una mayor propagación de las llamas. Por otro lado, la vertiente sur, hacia Riopanero, presenta mayores facilidades para su extinción.
A nivel poblacional, ahora mismo, "no hay ningún riesgo". El presidente regional, Miguel Ángel Revilla, ha visitado la zona esta mañana y se ha quejado de la tardanza en el despegue de alguna de las aeronaves ya que los pilotos se encontraban esperando en el aeropuerto Seve Ballesteros.
Las zonas pobladas "están controladas" y que, en estos momentos, salvo un cambio en las condiciones climatológicas, no presentan riesgos. "Actualmente no hay ningún problema poblacional" y "la cuestión está salvada", aunque la situación podría complicarse con un cambio de viento, ha advertido la Administración. Con todo, y por si fuera necesario evacuar, Cruz Roja de Cantabria ha preparado el polideportivo de Polientes para servir como albergue provisional, según informa 112 Cantabria en su cuenta de Twitter.
El Ejecutivo ha precisado que de los cuatro frentes abiertos el jueves (Monte Hijedo-La Serna, Riopanero, Cejancas y Ruanales) este viernes solo hay uno, Hijedo-Riopanero,
Para controlar este frente trabaja un operativo compuesto por un centenar de personas.
Origen del fuego
El incendio forestal se desató en los alrededores del monte Hijedo,
muy próximo al límite entre Cantabria y Burgos. Brigadas de extinción
cántabras y castellanas han trabajado durante la noche, ya que a las 21.00 horas ya se habían calcinado más de 300 hectáreas.
Pese a que al principio se localizó un solo foco en Riopaneroconforme
pasaron las horas el viento contribuyó a reproducir las llamas y
dificultó enormemente las tareas de extinción, además de poner en riesgo
las viviendas. De hecho se concentró a la población en la plaza de
Riopanero por si era necesario su evacuación. Al final, las llamas se controlaron y de madrugada pudieron regresar a sus casas.
El incendio se detectó algo después de las 11.00 horas, y de inmediato el Gobierno de Cantabria movilizó cuatro cuadrillas de Montes, tres guardas forestales, tres autobombas y a un ingeniero encargado de dirigir las labores de extinción. Asimismo, activó la dotación del Parque de Emergencias del 112 de Reinosa, con dos bombas, un camión nodriza y su vehículo de mando.Todos ellos actuaron coordinados con cuatro helicópteros y un hidroavión de extinción –con repostaje en el Pantano delEbro– de los servicios de emergencias de Castilla yLeón, dado que las llamas afectaron también a la provincia de Burgos.
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