«Estábamos andando y de repente se puso a llover muy fuerte, se formó un río en el suelo y no podíamos seguir. De pronto empezaron a caer piedras del cielo y los monitores nos dijeron que nos pusiéramos las mochilas para protegernos, pero aunque lo hicimos, a muchos les dieron en la cabeza».
Así le relató una de las víctimas –un menor– al sanitario que le trasladó en ambulancia a la Residencia Cantabria el accidente que sufrieron ayer seis scouts madrileños en Jou de Los Boches (Cabrales) mientras completaban una ruta entre Horcados Rojos y el Picu Urriellu, en el límite entre Asturias y Cantabria. Allí era donde la naturaleza les tenía preparada una desagradable sorpresa. Afectada por un desprendimiento provocado por la lluvia, la expedición se tuvo que dividir en dos grupos, y mientras que el primero resultó ileso, al segundo la tromba le afectó de lleno.
Su rescate movilizó una espectacular operación por tierra y aire con efectivos de tres comunidades autónomas e infinidad de puestos de bomberos, Guardia Civil y 061. Tras un operativo que necesitó algo más de una hora para llegar a la zona del accidente, las seis víctimas fueron evacuadas a Potes y, cuatro de ellas, hospitalizadas en Santander.
La expedición había partido de las inmediaciones de Horcados Rojos, en el Macizo Central de Picos de Europa, donde había hecho un vivac cerca del refugio de Cabaña Verónica. La formaban catorce personas, la mayor parte de ellas menores, que recorrían la citada ruta para dirigirse después a Bulnes, donde tenían previsto hacer noche en Casa Guillermina.
Sin embargo, cinco de los menores y una monitora –en total eran tres– fueron víctimas de un derrumbe después de que la intensa tormenta de lluvia y granizo que castigó la zona durante más de media hora formara una bolsa de agua que, al romperse, desplazó toneladas de roca y barro. La avalancha afectó de lleno a los senderistas a lo largo de unos treinta metros y les precipitó por la ladera.
El desplome se produjo hacia las cuatro de la tarde, y poco después, a las 16.26 horas, los Servicios de Emergencia del Principado de Asturias recibían el aviso desde el refugio del Picu Urriellu. Allí uno de sus responsables, Íñigo Garmilla, informó de un desprendimiento que había afectado a varias personas a instancias de uno de los testigos, que se desplazó hasta el establecimiento. También informó a la sala asturiana del mal tiempo que hacía en la zona. De inmediato se puso en marcha una operación de rescate: «Hemos dado el aviso desde aquí porque ha venido un señor a decirnos que había habido una avalancha», recordaba Garmilla.
«Nepal en pequeño»
«Fue como lo de Nepal pero en pequeño». Tomás Fernández, otro guarda
del refugio Urriellu, explicaba ayer que la zona donde se encontraban
los chavales es bastante complicada y que «desafortunadamente es típico
que sucedan desprendimientos en la zona que tiene muchas pendientes y en
días de tormenta, sobre todo como ésta que fue corta pero con muchísima
intensidad, es peligroso», advertía. Este cabraliego asegura que la
zona de los Picos de Europa es un atractivo para muchos grupos de scouts
de diferentes regiones. «La verdad es que podía haber sido mucho peor de lo que fue porque la avalancha alcanzó al medio del grupo», dice aliviado. «Fue un cúmulo de circunstancias; empezamos la ruta más tarde de lo previsto, sobre las once de la mañana, porque estaba lloviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario