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jueves, 14 de julio de 2022

SE DESBOCA EL INCENDIO ENTRE CACERES Y SALAMANCA

Portugal revive el infierno, con 20.000 hectáreas perdidas y 3.500 efectivos desbordados ante la virulencia del fuego

La ola de calor en su fase crítica, que se mantiene para hoy, y deja un nuevo récord, con 45,6 grados en Huelva

Los termómetros volvieron ayer a 'explotar' en España y, se alcanzó la temperatura más alta desde que empezó la ola de calor el pasado domingo. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) registró 45,6 grados en Almonte (Huelva), seguidos muy de cerca por los 45,4 grados de Olivenza (Badajoz) o los 45 de la capital pacense. Extremadura se posicionaba como la segunda comunidad más castigada del país, por detrás de Andalucía. Morón de la Frontera (Sevilla) se llevó el 'cuarto puesto' con 44,8º.  

Y por si esto fuera poco el pico de la ola de calor se alcanzará hoy, según la Aemet, y continuarán los ascensos de temperatura en Extremadura, así como el sur y centro de Castilla y León. Son estas dos comunidades al oeste del país las que están sufriendo un incendio forestal avivado por las altísimas temperaturas y que se desató el lunes por la tarde en El Ladrillar, en la comarca cacereña de Las Hurdes. Aquí, los vecinos de seis núcleos poblacionales siguen sin volver a sus casas, aunque desde ayer la «zona más desfavorable» por la rápida propagación de las llamas se encuentra en Castilla y León, informó la Junta de Extremadura, en concreto, en el flanco limítrofe con Salamanca. De hecho, según el 112, se cortó la carretera CC.55.3, de Casares de las Hurdes al límite provincial con Salamanca, la segunda en la zona, tras el corte en la CC-158. Para controlar el fuego continuaban trabajando doce unidades terrestres, dos maquinarias y cinco agentes del medio natural. 

El incendio forestal calcinó 3.000 hectáreas en Extremadura a las que se suman otras 2.000 en Castilla y León. Si en esta comunidad el pasado martes fue necesario desalojar el municipio de Monsagro ante la cercanía de las llamas y el denso humo, la preocupación ayer recaló en Serradilla del Llano, que durante toda la tarde pudo comprobar cómo el frente devoraba todo a su paso hacia el término municipal. La jornada fue muy complicada para los servicios de extinción que se sintieron impotentes ante el calor extremo y los vientos cambiantes. A última hora de la mañana, fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León reconocían que el fuego estaba adquiriendo <<un comportamiento extremadamente virulento, con velocidades de propagación muy extremas>>. Las previsiones eran poco halagüeñas porque para la noche se esperaban vientos intensos.

Primera víctima mortal

El incendio declarado en Las Hurdes y que afecta al Parque Natural de las Batuecas deja al municipio de Monsagro evacuado, y sus 400 vecinos, que siguen sin poder retornar a sus municipios, se mantienen alojados en Ciudad Rodrigo, en un pabellón municipal, una escuela hogar y una residencia estudiantil. Mientras, en Serradilla del Llano, las llamas avanzaban sin control aunque su alcalde, Fermín Mangas, confiaba a última hora de la tarde en que no fuera necesario el desalojo de sus 160 habitantes. «No creo que llegue, hay un río por medio y después muchos kilómetros sin árboles», señaló a ABC. Reconoció, no obstante, que nada es imposible porque la situación era «muy complicada» y estaba «descontrolada». 

El país vecino, Portugal, también está reviviendo el infierno de sus peores veranos. De hecho, las altísimas temperaturas se cobraron una víctima mortal. El cuerpo carbonizado de una mujer de 50 años fue encontrado en una plantación de maíz. Sucedió en Boa Vista, en los alrededores de Leiria, a medio camino entre Lisboa y Oporto. Un descubrimiento terrible, en medio del campo, que sobrecogió a los vecinos y retrotrae a los portugueses a la tragedia de Pedrógao Grande, cuando murieron 66 personas en 2017. 

El Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques de Portugal dio otro dato demoledor: más de 20.000 hectáreas se han perdido ya en el país vecino desde comienzos de año, la gran mayoría en la última semana. Y la evaluación será todavía más preocupante porque el fuego se encuentra todavía desbocado en varios puntos.

En el Portugal continental no hay ninguna región que se libre del riesgo: desde Viana do Castelo, al lado de Galicia; hasta el Algarve, colindante con Andalucía. Y hasta la capital Lisboa está en alerta, tal como refleja el cierre de los parques infantiles del barrio de Olivais. 

Con todo, la gravedad más extrema es la que se halla en Leiria y su área de influencia. En la zona se habla ya de «devastación». Ayer, a media tarde, Protección Civil de Portugal contabilizaba 19 incendios activos a lo largo de todo el territorio. El Ejército luso, por orden gubernamental, salió de sus cuarteles para ayudar a la población. Hay más de 3.500 efectivos entre bomberos y soldados bregando contra las lenguas de fuego.

La Sierra de Arrábida, que circunda el núcleo de Setúbal, atraviesa una fase crítica y Palmela ha visto cómo las columnas de humo se acercaban al castillo. Se contabilizan cinco heridos por quemaduras graves, uno de los cuales está hospitalizado en estado muy grave, y hasta el momento solo se ha detenido a un sospechoso por provocar fuego en el monte.


 

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