El aumento de los test, especialmente entre sanitarios y en centros de mayores evidencia un leve repunte de positivos, superior al de otras zonas
Del 17 al 27 de marzo, el porcentaje de crecimiento del número de positivos por coronavirus en Cantabria no bajó nunca de los dos dígitos. Cada jornada se elevaba el total de contagiados un 10%, un 15%, un 20%... El día 19 de ese mes se alcanzó un 49,12%. A ese ritmo, la cifra actual de 2.160 afectados entre fallecidos, hospitalizados, enfermos en aislamiento domiciliario y curados no se habría alcanzado más de un mes después, como ha ocurrido, sino aquella misma semana. Entonces, la pandemia estaba desbocada y todavía se pensaba que existía un riesgo cierto de colapso del sistema sanitario que finalmente no se ha producido. Ayer, según los datos aportados por la Consejería de Sanidad, que también notificaba dos nuevos fallecidos a causa del coronavirus, el crecimiento diario fue de 1,5%, claramente inferior en línea con la tónica del resto de España.La evolución ha sido favorable y por eso las autoridades están empezando ya a diseñar la desescalada del confinamiento, pero Cantabria no sale especialmente bien parada en la comparación nacional. En estos momentos es el segundo territorio, sólo por detrás de la Comunidad de Madrid, en el que más lento decrece el ritmo de contagio, a tenor del informe diario sobre la evolución de la pandemia que elaboran la Red Española de Epidemiología y el Instituto de Salud Carlos III.
Aunque estos datos están sujetos a correcciones y la incorporación de actualizaciones puede provocar cambios importantes en poco tiempo, a día de hoy Cantabria tiene una de las tasas de crecimiento de Covid-19 -indica el incremento porcentual medio de casos en las dos últimas semanas- más altas del país. Se sitúa en el -0,7%, frente a regiones como Murcia (-9,6%) o Canarias (-8,5%). Madrid es la única que se mantiene en positivo, lo que indica que allí todavía se detectan más casos nuevos de los que se detectaban hace 15 días.
La otra variable que estudia el informe es el número reproductivo básico (R0), que determina el promedio de casos secundarios de una enfermedad causados por un caso primario. Con el RO, todo lo que sea estar por debajo del 1 es positivo. Cantabria aquí sale aún peor parada y tiene la tasa más alta con el 1,21, nada que ver con comunidades limítrofes como Asturias (0,79), Castilla y León (0,88) y País Vasco (0,85). Parte de la explicación se debe a que el aumento del número de test rápidos y PCR entre sanitarios y en centros de mayores está provocando un repunte de positivos, muchos de ellos pacientes asintomáticos. En cualquier caso, otras autonomías también lo están haciendo y presentan mejores datos.
En cuanto a la foto fija de la pandemia en Cantabria, ayer se sumaron 33 nuevos casos y se alcanzaron los 718 curados, lo que supone un tercio de los afectados desde el inicio. 186 personas siguen hospitalizadas, 18 en la UCI. Y con las últimas dos víctimas, los fallecidos ascienden a 167.
Coste sanitario
Por su parte, la consejera de Economía, María Sánchez, ha arrojado algunos datos sobre el coste sanitario que está teniendo la crisis para las arcas públicas, un acontecimiento que ha dejado en papel mojado el Presupuesto de 2020 y está obligando a eliminar partidas no esenciales para destinar ese dinero al Servicio Cántabro de Salud (SCS). Desde que se declaró la pandemia, solamente el SCS ha gastado más de 16 millones de euros extraordinarios en material sanitario, suministros de farmacia hospitalaria y gastos corrientes.La contratación no prevista de personal, que hasta ahora asciende a 450 personas, también ha incrementado notablemente la nómina de los profesionales: sólo durante este mes de abril ascenderá a 36,5 millones de euros.
Sánchez puso de manifiesto las tensiones de tesorería que está generando esta crisis y el gran esfuerzo que se hace para agilizar los pagos: «En estos momentos, la prioridad es el pago a proveedores y especialmente en el ámbito sanitario, porque debido a la saturación del mercado, o pagas muy rápidamente, o existe un riesgo cierto de que te dejen de suministrar. Somos conscientes de ello y no hay demora».
Si para algo bueno ha servido el Covid-19 es para que Sanidad se ponga al día con la factura farmacéutica, que venía siendo un problema histórico. Así lo ha reconocido el consejero Miguel Rodríguez en varias ocasiones, que también ha defendido que estas partidas eran insuficientes. Después de ser durante meses la comunidad que más tardaba en pagar el gasto en farmacia, Cantabria sitúa ahora su tasa media de pago en torno a los 24 días, por debajo de la media y de lo exige el Ministerio.
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