Las lluvias y los desprendimientos de tierra obligan a extremar las precauciones
Hawái se ha librado del que pretendía ser el peor huracán que azotaba la isla en el último cuarto de siglo. El huracán Lane ha ido perdiendo fuerza hasta convertirse en tormenta tropical, pero a pesar de ello ha golpeado con fuerza las costas hawaianas.Las fuertes lluvias han provocado inundaciones generalizadas y deslizamientos de tierra en algunas áreas. Además, los vientos han provocado el bloqueo de numerosas calles por árboles caídos en las islas de Maui y la Isla Grande del archipiélago hawaiano, de acuerdo con el Departamento de Transporte de Hawái.
A pesar de haber perdido intensidad, las autoridades advierten que aun existe peligro por las intensas lluvias y los desprendimientos de tierra. Algunos meteorólogos de la zona también han avisado a la población que se esperan inundaciones principalmente en las islas de Oahu y Maui, por lo que no se debe bajar la guardia.
Las previsiones apuntaban a que Lane, que alcanzó su punto máximo como un huracán de categoría 5 con vientos máximos sostenidos de 260 kph a principios de la semana, disminuiría a una depresión tropical para la madrugada del domingo, pero se ha avanzado.
El giro de los acontecimientos fue bien recibido por los residentes que habían pasado gran parte de los últimos días abasteciéndose de comida, agua, gasolina y baterías y abordando sus ventanas.
Aún así, la tormenta planteó un riesgo meteorológico considerable para grandes partes del estado, con la isla de Hawai, popularmente conocida como la Isla Grande, que soportó el peso de las torrenciales lluvias de Lane.
Más de 60 cm de lluvia habían caído en un período de 36 horas el viernes por la mañana en el lado de barlovento de la Isla Grande, donde el Servicio Meteorológico informó de “inundaciones catastróficas” y el gobernador Ige instó a los residentes a evitar cualquier viaje innecesario.
Se destruyeron varias estructuras en la Isla Grande y se informó que algunos residentes huían de sus casas, dijo Melissa Dye, portavoz de Servicio Meteorológico en Honolulu. El personal del departamento de bomberos ha realizado varios rescates de personas atrapadas por las inundaciones en la Isla Grande desde el jueves, principalmente en torno a su ciudad más grande, Hilo, dijo Kelly Wooten, portavoz de defensa civil del condado de Hawaii. Pero no se reportaron heridos.
En Oahu, donde vive el 70 por ciento de los 1,4 millones de residentes de Hawái, el alcalde de Honolulu, Kirk Caldwell, ha informado que la ciudad ha trasladado su equipo de respuesta a emergencias a un terreno más alto por el momento. Además, ha avisado que Honolulu, la capital del estado y la ciudad más grande, es vulnerable a inundaciones y deslizamientos porque está rodeada en parte por montañas. “Le hemos pedido a nuestros residentes en estas áreas, donde saben que hay inundaciones, que estén listos para irse”, dijo Caldwell, quien agregó que 1.100 personas permanecían en refugios de emergencia en toda la ciudad.
Los principales aeropuertos de Hawai permanecieron abiertos durante la tormenta, aunque se cancelaron 22 vuelos en el principal aeropuerto de Honolulu, según el servicio de seguimiento en línea FlightAware.com. Varias aerolíneas también cancelaron el servicio al aeropuerto de Kahului en Maui en anticipación de condiciones climáticas severas, dijo el departamento de transporte estatal. El gobernador dijo que los viajeros deberían esperar una congestión en los aeropuertos el sábado y el domingo debido a la acumulación de vuelos cancelados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la aprobación de la declaración de emergencia en Hawái ante la inminente llegada de Lane, que amenazaba con convertirse en la tormenta más virulenta sufrida desde hace décadas en este archipiélago del Pacífico.
Esa declaración autoriza al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias a coordinar todos los esfuerzos de socorro en casos de desastre y destinar fondos federales para afrontar las pérdidas.
El Pacífico Central recibe pocos huracanes y tormentas tropicales en comparación con el Atlántico o el Pacífico Oriental, y Hawai es un objetivo pequeño en medio del océano que no suele estar amenazado.
Aunque con el paso de las horas los expertos apuntan que cada vez es más improbable, si Lane tocara tierra contaría con una característica excepcional más, ya que solo dos huracanes han tocado tierra en Hawai desde la década de 1950: el huracán Dot en 1959 y el huracán Iniki en 1992.
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