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jueves, 29 de junio de 2017

DAÑOS POR VENDAVAL EN CANTABRIA


 

El 112 ha gestionado más de dos centenares de intervenciones por árboles y tendidos eléctricos caídos y desprendimientos de mobiliario urbano

Cantabria continúa este jueves en alerta amarilla (esta pasada noche ha habido aviso naranja) por riesgo de olas que podrían alcanzar los cinco metros, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). El aviso por fenómenos costeros va a estar activado hasta las 00.00 horas del viernes, día 30, periodo durante el que se prevé viento del oeste de fuerza 7 y olas 4 a 5 metros. Y mientras tanto, lo que toca ahora es reparar los numerosos daño materiales causados por el vendaval, que ha provocado más de 200 intervenciones por parte de los servicios de emergencias en las últimas 20 horas.

Igualmente, este jueves el cielo estará nuboso y caerán lluvias, que serán localmente fuertes, al principio en el litoral, y a lo largo de esta mañana se extenderán por toda la comunidad, así como tormentas en el interior. No habrá cambios en las temperaturas mínimas, aunque a lo largo de la jornada podrían sufrir un ligero descenso, más acusado en el suroeste. Las que sí van a varián son lás máximas máximas, que caen entre 10 y 15 grados grados con respecto a días anteriores. Las temperaturas máximas y mínimas previstas son : Cabezón de la Sal, 19 y 12 grados; San Vicente de la Barquera, 20 y 15; Santander, 19 y 15; Castro Urdiales, 19 y 15; Potes, 20 y 10; Reinosa, 16 y 5, y Torrelavega, 19 y 14 grados.

Sea por los destrozos ocasionados viento o bien porque durante este jueves pueden darse tormentas en algunos puntos de la región y habrá un fuerte oleaje, lo que está claro es que en esta jornada se va a seguir hablando de mal tiempo.

El fuerte viento, que ya se hizo notar el miércoles tanto en tierra como en el mar.

 El aviso de la Agencia Estatal de Meteorología -naranja por fenómenos costeros y amarillo por ventisca- se materializó en rachas que sobrepasaron los 110 kilómetros por hora en algún de la región y olas de alrededor de cinco metros de altura. «Desde miércoles por la tarde hasta esta mañana de jueves ha habido más de dos centenares de incidencias, pero ninguna de gravedad», han infomado esta mañana desde el servicio de Emergencias 112 Cantabria, que en las últimas 12 horas ha realizado dos centenares de intervenciones para hacer frente a multitud de caídas de árboles y ramas en núcleos urbanos y carreteras, desprendimiento de mobiliario urbano, desperfectos en infraestructuras y desprendimiento del tendido eléctrico y telefónico. Muchas de ellas en Santander, donde el parque municipal de bomberos colaboró con la Policía Local y los operarios de empresas suministradoras. Y todas concentradas a media tarde. Mientras trabajaban para evitar que las farolas arrancadas de la calle Castilla produjeran daños a los caminantes, la centralita no dejaba de sonar. Hasta dos veleros tuvieron que ser socorridos por Salvamento Marítimo frente a la playa de Los Peligros.


También tuvieron trabajo los bomberos del Gobierno en diversas localidades y los efectivos del parque de Torrelavega, que realizaron varias intervenciones. En la ciudad, por ejemplo, en el Parque del Centenario de La Inmobiliaria –el Manuel Barquín tuvo que cerrarse– cuando el viento tiró abajo un árbol junto a una zona de juegos infantil, pero también en localidades cercanas como Suances o Polanco, donde otro ejemplar cortó momentáneamente la carretera que llega hasta Posadillo. La mayoría de las incidencias tuvieron lugar en la zona del litoral y en los puntos más elevados de Cantabria.

La alerta por vientos comenzó a las 16.00 horas. Fue a partir de entonces cuando se registraron las rachas más importantes. El récord se quedó en Santander. A las siete y media de la tarde se alcanzaron los 111 kilómetros por hora en la capital el récord histórico fue de 172 en diciembre de 1999–, y una hora antes la marca en el aeropuerto Seve Ballesteros fue de 89 kilómetros por hora. A pesar de ello, no fue necesario desviar ningún vuelo. También sopló con fuerza en Torrelavega (88 kilómetros por hora), Alto Campoo (85) y Castro Urdiales (83).

En el capítulo de agraviados por el temporal, el colectivo más perjudicado fue el de pescadores. En los puertos cántabros, que ya han comenzado la captura del bonito, la actividad fue más que mínima. Olas como la que se registraron a las 19.00 horas en la boya Augusto González Linares –situada a 22 millas mar adentro al norte de Cabo Mayor–, donde alcanzaron los 6,91 metros de altura, hicieron imposible faenar. De una altura similar llegaba a romper ante los acantilados y muros, como se pudo apreciar en muchos paseos marítimos a última hora de la tarde. Ydebido a esas adversas condiciones los barcos tuvieron que quedarse amarrados en puerto. En Santoña, sólo una embarcación se animó a probar suerte. «Hasta el domingo o el lunes, por lo menos, no vamos a tener un tiempo favorable para salir», explicaba José Luis Bustillo, presidente de la Cofradía de Pescadores de Colindres.

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